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Germán Yanke

La nulidad y el Supremo

El Tribunal Supremo, al declarar nulos cinco acuerdos del Parlamento Vasco en relación a Batasuna, subraya ante la opinión pública que los partidos nacionalistas e Izquierda Unida son formaciones antidemocráticas, que se saltan a la torera el Estado de Derecho para apoyar a un grupo terrorista y que no tienen ningún aprecio –como por otro lado demuestra el Plan Ibarretxe– a la división de poderes.

Batasuna es afortunadamente ilegal y los nacionalistas y comunistas andan por ahí enseñando el plumero totalitario. Ya lo sabíamos y nos alegra que el Tribunal Supremo lo ratifique una y otra vez. Y hasta se lo agradecemos como ciudadanos.

Lo que hace falta ahora es que el Supremo subraye y reitere en la práctica que el principio de igualdad ante la ley, y el imperio de ésta, son realidades cotidianas en todas y cada una de las comunidades autónomas. Es decir, que la ley debe cumplirse, las resoluciones judiciales ejecutarse y las responsabilidades de cada cual tienen que quedar claras. Batasuna es ilegal y su portavoz habla en representación de ese grupo en el Parlamento. Las resoluciones son nulas y, ahora, queremos comprobar que es verdad, que son nulas.