Lo mórbido y lo morboso
Parecen dos palabras equivalentes y de hecho así funcionan en muchos escritos, pero conviene distinguirlas. Naturalmente, el origen es el mismo: morbus = enfermedad. Lo “mórbido” es lo que da lugar a una molesta impresión de enfermedad y, por extensión, la sensación blandengue que produce al cuerpo humano, especialmente el femenino. Entre medias está el “morbo”, como la obsesión enfermiza que produce cierto deleite, aunque solo sea el gusto por lo misterioso o prohibido. De ahí lo “morboso”, lo relativo al “morbo” en el sentido traslaticio que indico. Sin tanta afectación, “morboso” sería lo relativo a las enfermedades. Se comprende que en la práctica se haga equivalente lo morboso a lo mórbido. Dejemos lo mórbido para la impresión un tanto espectral que produce la vista o el tacto de un cuerpo humano. Sería morboso, en cambio, el estado de ánimo enfermizo que se regodea con lo misterioso, lo prohibido, lo censurable.
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