Mientras los analistas de medio mundo observan con preocupación el hecho de que los terroristas han sido decisivos para que las urnas otorguen a Zapatero la victoria que, antes de la masacre del 11-M, todos los sondeos le negaban, los propagandistas anti-PP tienen la desfachatez de acusar al gobierno de deslegitimar la democracia. Almodóvar ha dicho, nada menos, que “el PP estuvo a punto de provocar un golpe de Estado el sábado a las doce”. Vamos, como si los que se saltaron la legalidad electoral no hubieran sido Rubalcaba y compañía acusando, el mismo día de reflexión, al Gobierno de mentir; como si los medios de Prisa no hubieran sido los que arrojaban al Gobierno algo tipificado como delito como es ocultar información sobre una matanza; como si hubieran sido los simpatizantes del PP, y no sus adversarios, los que horas antes de que se abrieran las urnas se pusieron a aporrear las cacerolas en ciudades de toda España; como si las sedes y los dirigentes acosados hubieran sido los del PSOE y no los del PP; como si no fueran los simpatizantes del PSOE los que, para poder acusar al gobierno de ocultar información, preguntaron al Gobierno por la autoría del atentado en un momento en que no era posible saberlo con certeza.
A pesar de que ahora todavía no tenemos la certeza de la autoría, los medios de Prisa, y los que aprisa corren al servicio de su futuro gobierno, han perdido todo interés por conocerla. La información llegará y cuando la sepamos, ya con absoluta certeza, nos daremos cuenta de que no hacía falta saber si los autores de la mayor masacre terrorista de nuestra historia eran galgos o podencos para saber que, con ella, la Bestia ha buscado y celebrado la derrota del PP. Este partido liderado por Aznar ha sido el único que no comparte objetivo político alguno, incluido la retirada de tropas de Irak, con las organizaciones terroristas que, ya sean nacionalistas o islamistas, han derramado la sangre en nuestro país. Los terroristas islámicos que están asesinando a estadounidenses, ingleses, españoles y, sobre todo, iraquíes en Irak, buscan la retirada de las tropas aliadas que están tratando que la democracia cuaje en aquel país.
Si hay que dar credibilidad a los comunicados de los islamistas para negar la autoría de ETA, también habría que dársela para concluir, clara y abiertamente, que los terroristas del 11-M han asesinado creyendo que así podrían lograr la victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero. En un documento escrito en diciembre de 2003, atribuido a los grupos mujaidines de Qa´idat-al-Jihad y recogido por la CNN, los terroristas decían que era “una obligación el explotar las siguientes elecciones generales que tendrán lugar en España en marzo de 2004. Creemos que el Gobierno no podrá resistir más de dos o tres ataques, después de los cuales se verá obligado a retirarse. Si las tropas permanecen en Irak después de los ataques, la victoria del Partido Socialista está casi asegurada, y la retirada de las tropas españolas figuraría en su programa electoral”...
Zapatero ha anunciado que va a retirar las tropas de Irak. Nosotros le preguntamos: ¿el castigo de los autores de la matanza va a quedarse en llevar a la oposición a quien los terroristas no querían ver en el Gobierno?

