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Juan Manuel Rodríguez

Rescoldos de unas elecciones combustibles

Quizás Losada habría sido bueno para nuestro fútbol, pero resultaba inútil para los intereses de la Cadena SER y el diario As.

Lo que no se sostenía en pie de ningún modo era la bola repetida machaconamente por un sector del Grupo PRISA (por lo que parece Segurola se negó a cumplir las órdenes de la "Acorazada Brunete", como la bautizó tan acertadamente mi amigo Pedro Pablo Parrado, y finalmente apuntó sus cañones también hacia Gerardo González) acerca de que Villar representaba el continuismo, mientras que "G.G." era el hombre del cambio. Esa trufa se negaron a comérsela la mayoría de los asambleístas que acabaron votando lo que Dios les dio a entender. El único cambio posible lo representaba Sebastián Losada y, quizás por eso mismo, éste no consiguió el "26-N" ni un sólo voto, ni una miserable papeleta que llevarse a la urna.
 
El fútbol estaba tan perdido con Villar como con Gerardo, pero José Ramón de la Morena no quiso "perder el tiempo" con Losada, consciente como era de que éste no tenía la más mínima posibilidad de salir elegido. Quizás Losada habría sido bueno para nuestro fútbol, pero resultaba inútil para los intereses de la Cadena SER y el diario As. De la Morena quería un guiñol, un "Monchito" a quien meterle la mano por el refajo, un "Rockefeller" que repitiera la consigna. Y por eso González, mano derecha y hombre de confianza del denostado Villar durante dieciséis años, pasó curiosamente de ser el "chivato del Butano" a convertirse en un tiempo récord en la gran esperanza blanca del fútbol español. Una vez De la Morena se hubo dado cuenta de que Gerardo había perdido la votación se dedicó a repartir palos a diestra y siniestra entre periodistas con exceso de peso, incipiente calvicie o "voz engolada". El director de "El Larguero" no debe ser consciente aún de que, dentro de cien años, todos estaremos calvos.
 
Y a Joan Laporta, denunciable por otros motivos expuestos aquí mismo, le ha caído también una lluvia de "meteoritos prisianos" únicamente por mantener su palabra. El presidente del Barcelona dijo en su momento que daría su apoyo al candidato que mejor sintonizase con los intereses del club azulgrana. ¿Cómo iba a votar Laporta a alguien que se había confesado madridista? ¿A santo de qué? ¿Se imaginan ustedes la reacción de los socios culés?... Dicen que a Gerardo le queda ahora el "refugio" de la Liga de Fútbol Profesional. ¿Villar en la Federación y Gerardo en la Liga?... Eso sí que no me lo pienso perder.

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