Delmer Daves dirigió en el año 1954 "Tambores de guerra", una película del oeste protagonizada por Alan Ladd, aquel actor tan bajito (medía 1,65) que se vio obligado a utilizar alzas por exigencias del guión y también para impedir a cualquier precio que Vera Miles o Jean Arthur le sacaran tres cabezas. El caso es que, cada vez que amenaza tormenta, solemos repetir instintivamente eso de que suenan los tambores de guerra. Y eso es justamente lo mismo que dicen ahora de la junta directiva del Real Madrid, que suenan los tambores de guerra de los opositores a la gestión de Fernando Martín, que sería algo así como el Alan Ladd de la película dirigida por Florentino Pérez, sólo que el actor norteamericano nació en Hot Springs, estado de Arkansas, mientras que el dueño de Martinsa lo hizo en Trigueros del Valle, provincia de Valladolid.
En el western de Delmer Daves, un auténtico especialista del género, el presidente Grant, poco antes de la Guerra de Secesión, llama a un luchador indio para que negocie la paz aún a riesgo de su propia vida. En este remake merengón, bastante menos dramático que el original, no se trata sino de la supervivencia deportiva de Fernando Martín. Dicen que el próximo 26 de abril, fecha elegida por este Alan Ladd nacional con objeto de informarles a sus compañeros de junta del nuevo proyecto deportivo, los Fernando Fernández Tapias, Juan Abelló, Ramón Calderón y compañía le organizarán al presidente una Guerra de Secesión en toda regla. Piensan los directivos que torres más altas que ésta acabaron por caer y también presidentes mucho más consolidados que el actual.
Y la verdad es que el nuevo presidente del Real Madrid lleva protagonizadas en el último mes y medio dos o tres actuaciones típicas de un sainete de los hermanos Álvarez Quintero. Es malo, francamente malo para el Real Madrid, que, en lugar de valorar si Thierry Henry, Chivu o Diarrá le vendrían bien al futuro entrenador, sólo se hable ahora mismo de los estatutos del club y de si es necesario que dimitan quince o tengan que largarse con viento fresco dieciséis para que Martín no tenga más remedio que convocar las elecciones con carácter de urgencia. Ruge la marabunta, don Fernando, ruge la marabunta. Otra gran película, por cierto, aunque ésta dirigida por Byron Haskin e interpretada por Charlton Heston, actor a quien desde luego no le hacía falta ayudarse de alzas para tener siempre el impresionante aspecto del príncipe Judah Ben-Hur, enemigo de Messala. Pero esa es otra historia...