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EDITORIAL

La conspiración y el juicio del 11-M

Sánchez Manzano terminó admitiendo que la afirmación de que en los trenes estalló Goma-2 ECO no es sino una deducción sobre la que no hay prueba directa alguna.

Los medios conspiranoicos insisten en achacar al prójimo sus propias dolencias. Así pues, nos acusan de pergeñar una siniestra "teoría de la conspiración" que nunca precisan, pues tiene el pequeño defecto de no existir. Los medios críticos hemos denunciado que la versión oficial no se sostenía por ninguna parte por más que la intentaran apuntalar. Y las declaraciones que han tenido lugar esta semana en el juicio que se desarrolla en la Casa de Campo no hacen más que darnos la razón.

Gómez Bermúdez tuvo que preguntar a Sánchez Manzano, atónito, por su imposible afirmación de que en unos restos hay "componentes genéricos de las dinamitas" sin poder precisar ni uno solo de esos componentes. El policía terminó admitiendo que la afirmación de que en los trenes estalló Goma-2 ECO no es sino una deducción sobre la que no hay prueba directa alguna. Es decir, que los explosivos de los trenes se deducen por los que se encontraron en la mochila de Vallecas, la furgoneta Kangoo, las vías de Mocejón y Leganés.

Sin embargo, es precisamente la relación directa de todos esos escenarios con el 11-M lo que se ha puesto en duda. Y también en esto los testimonios han puesto negro sobre blanco las cuestiones que sobre ellos hemos planteado los medios que hemos querido saber la verdad sobre la matanza, en lugar de aceptar acríticamente lo que Olga Valeyá tuviera a bien poner en su escrito de acusación. Los TEDAX han explicado que revisaron todas las bolsas encontradas en los trenes dos veces y que las abrieron, lo que hace inverosímil que la mochila de Vallecas estuviera en ellos. El guía canino indicó que el perro que examinó la Kangoo no estaba cansado, entre otras cosas, porque no había estado en los escenarios de las explosiones y, por tanto, no había olido explosivo aún, lo que hace difícil de creer que la Goma-2 ECO que se encontró después estuviera en la furgoneta mientras era inspeccionada en Alcalá.

Los testigos oculares también dejaron clara la endeblez de las evidencias que sitúan a los acusados en los trenes. No sólo la única testigo que implicaba a Basel Ghalyoun ha cambiado ahora de parecer, sino que los testimonios de los testigos que aseguraron ver a Zougam resultan muy difícilmente compatibles. Uno de ellos aseguró haberlo visto en un tren en el que nunca pudo estar si hacemos caso a los demás testigos. Y éstos lo vieron en distintos trenes, con distinta ropa y hasta con una escayola que aparece y desaparece. La credibilidad de alguno de ellos se reduce aún más al cambiar su declaración para ajustar el lugar donde el hombre que asegura era Zougam dejó una mochila con el lugar donde se produjo la explosión, y finalmente refugiarse al ser advertido de la contradicción con sus anteriores afirmaciones en que no lo recordaba bien.

Como nosotros no tenemos ninguna teoría conspirativa predefinida que sostener, estamos seguros de que algunas de las dudas que tenemos sobre algunos de los hechos clave de la matanza y la investigación pueden ser explicadas durante el juicio, ya que la instrucción no lo ha hecho. El jefe provincial de los TEDAX, por ejemplo, que había indicado que la inspección ocultar de los efectos de las explosiones la mañana del atentado le habían llevado a la conclusión de que correspondían a un explosivo militar, ha explicado en el juicio que la Goma-2 ECO también podría haberlos producido, pero que entonces no conocía los efectos de esa marca de dinamita, entre otras cosas porque, en contra de lo asegurado por su jefe Sánchez Manzano, jamás habían practicado con ella. Evidentemente, eso no quiere decir que necesariamente tuviera que ser ése el explosivo empleado, pero aclara por qué dijo lo que dijo sobre el uso de C3 o C4.

Así, la discusión durante este juicio se sigue produciendo entre quienes defienden una versión oficial en la que una conspiración de camellos y confidentes, todos ellos controlados por las fuerzas del orden, cometieron el mayor atentado de la historia y quienes hemos aportado pruebas de por qué las evidencias que sostienen esa versión son falsas. Entre medias, los bromistas de ERC, cuya única preocupación a estas alturas de legislatura es Acebes. Hay que entenderlos; no dan más de sí.

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