Los presos, bien, gracias

El espectáculo que una vez más está ofreciendo Europa respecto a la tiranía cubana explica a la perfección cómo un régimen criminal así ha sobrevivido durante decenios. Ahora además, la sometida dignidad del pueblo cubano debe aguantar que Castro convierta la isla en la alfombra polvorienta del petrotirano venezolano, lo que constituye un mérito enorme. Castro ha logrado arrastrar a Cuba de una tiranía, la soviética, a otra, la chavista, sin levantar apenas la cabeza y sin vaciar las cárceles de presos políticos. Hay que valer para eso.

Aquí, mientras desprecia a los disidentes cubanos, el Gobierno español trata de extender su desidia democrática a la Unión Europea, proponiendo levantar las sanciones impuestas. De Moratinos sabemos que no ha defendido los intereses de España en ninguno de los asuntos, así que nada nos extraña. Pero en relación con los presos cubanos, Moratinos es más el ministro de Asuntos Exteriores de Fidel Castro que el de un país europeo y democrático.

Y que Zapatero pueda presentar en Europa una propuesta para levantar las sanciones a Castro sólo se entiende desde la miseria moral y política de un establishment europeo entregado por completo al hedonismo, la despreocupación y el egoísmo enfermizo. En España, el PSOE sigue jugando a revolucionario con fusiles de madera, en Europa se hace realpolitik desde los despachos, mientras en Cuba se reprime y se asesina con fusiles de verdad y se aplica la tortura real y concreta.

Cuba representa la tragedia de nuestro tiempo. Cuando pocos discuten que la democracia liberal sea único régimen político decente, cuando la historia parece jugar a favor de la democratización de los regímenes más abyectos, Europa se desentiende del asunto, y su izquierda, con la española a la cabeza, sigue consintiendo las acometidas totalitarias del régimen castrista. Más de un político europeo debiera pasar una temporada en la isla, no dedicándose a lo que ustedes ya saben, sino de visita en las cárceles del régimen donde palidecen los cubanos demócratas y liberales.