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Amando de Miguel

Caprichos retóricos

El carácter social de los españoles premia la exageración, la hipérbole, el énfasis. El invitado a cenar no solo debe decir al anfitrión que el guiso está "bueno" sino "buenísimo".

Gabriel Ter-Sakarian me proporciona un luminoso análisis de lo que llama perisología (el tradicional solecismo). Consiste en "el empleo inútil de palabras sinónimas, coordinadas o yuxtapuestas que equivale a decir lo mismo dos o más veces". Algunos ejemplos que ofrece el docto libertario:

  • La quiero y la amo.
  • Yo, personalmente,...
  • En todas partes soy una persona muy querida, muy apreciada y muy estimada. (Urtain, en una entrevista televisiva, 15-4-1986)
  • Estos politiquillos, lo único que desean y quieren es cambiar la constitución a su capricho. (De un oyente, en una emisión radiofónica)
  • La razón de mi pensamiento y motivo de mi creencia. (Oído en un discurso)
  • Venta hecha y consumada. (Texto jurídico)
  • Luego por lo tanto, la ley no puede tener efecto retroactivo. (Oído a un ministro)
  • Luego después, se acercó a mí,... (De una habanera titulada "La bella Lola")
  • Lo cierto y verdad es que el fenómeno OVNI siempre está relacionado con... (Iker, Emisión "Cuarto Milenio", 7-1-2007)
  • La posibilidad de hallarlos con vida es nula o ninguna. (Oído en TV, dicho por un bombero quitando escombros en la destruida Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, enero 2007)
  • Señoras y caballeros, bajen ustedes a contemplar el panorama o paisaje. (Frase que un guía turístico solía decir muy seriamente a los viajeros, a cada parada del autocar, allá por mediados del siglo XX)
  • Nos comunica, nos dice, nos indica nuestro compañero que... (RNE, 11-12-1984)
  • ...la Federación Nacional de Transportistas propone, sugiere, indica... (El alcalde de Rivas-Vaciamadrid, en una entrevista radiofónica del 30-8-2004)

Mi punto de vista es que muchos de los llamados solecismos o perisologías no son tanto errores o malformaciones del lenguaje como rasgos distintivos del habla. No hablamos solo para comunicarnos sino para destacar nuestra personalidad o nuestro estado anímico. El carácter social de los españoles premia la exageración, la hipérbole, el énfasis. El invitado a cenar no solo debe decir al anfitrión que el guiso está "bueno" sino "buenísimo". La francachela pudo parecer tediosa al final, pero los participantes acordaron que lo habían pasado "de puta madre". Más, no se puede pedir.

Fernando Mayo dice que le choca la expresión "en pleno siglo XXI" para referirse a los últimos años. Se pregunta: "¿qué será entonces el 2050?". Considero que no se debe hilar tan fino. Lo de "pleno" quiere señalar el contraste de que ya no estamos en el siglo XX. No hay que llegar a la mitad del periodo de vacaciones para señalar que estamos en plenas vacaciones.

Vicente Úbeda Bel (Alquerías del Niño Perdido, Castellón) aporta una estupenda comparanza:

  • Estar más sucio que la bombilla de una cuadra.

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