Menú
Juan Carlos Girauta

Izquizofrenia

Una abismal diferencia en tragaderas separa a los dos grandes electorados españoles. Con el PSOE están los suyos (hemerotecas cantan) así roben y maten. Por el contrario, a un significativo segmento de votantes populares no le gustan nada las bromitas.

En tanto que las divisiones internas enconan, despistan y desgarran al PP, disensiones socialistas como la bancaria refuerzan al PSOE y al Gobierno al multiplicar su presencia en los mapas de posicionamiento. El PSOE es radical y moderado, de orden y antisistema, quiere premiar a la banca y quiere castigarla, la entiende y no la entiende, despliega con ella toda la paciencia y al tiempo tal paciencia se ha agotado, está por nacionalizarla y por entregarse a ella cual frágil doncella dispuesta a dejar de serlo. El PSOE es Gobierno y oposición, guiña un ojo a Botín y otro a los destetados del crédito, lo que provoca en Rodríguez un parpadeo preocupante.

Nada similar lograría el PP por mucha voluntad que le pusiera a la esquizofrenia bancaria. Una abismal diferencia en tragaderas separa a los dos grandes electorados españoles. Con el PSOE están los suyos (hemerotecas cantan) así roben y maten. Por el contrario, a un significativo segmento de votantes populares (digamos un 20 o 25%) no le gustan nada las bromitas y a la primara contradicción de sus representantes tuerce el gesto. Esta desventaja (que es en realidad una superioridad de la derecha se mire como se mire) indigna a don Mariano, impulsor de los congresos de maniquíes: está por la inmovilidad, sería un buen líder del sector de los congelados. Ni Findus ni La Sirena: Rajoy congela mejor. Te sirve unos grupos parlamentarios, nacionales, autonómicos y europeos, que ríete tú de los bacalaos de Islandia. Pero tal efecto glacial e inmovilizante se obtiene con los asalariados. No funciona con la militancia, propensa a agitarse hasta a darle un coletazo al gallego al modo de ese spot que castiga a los manirrotos. ¿Acaso no ha malgastado todo lo que sus siglas tuvieron de valioso?

Con qué envidia mira el PP a la España progre, impertérrita ante toda incoherencia. Qué estupor al ver procesar al pueblo llano las contradictorias instrucciones del partido de sus entretelas:

– ¿Banqueros? ¡A la cárcel con ellos!
– Y eso que son unos sacrificados.
– No te digo... Se merecen un premio.
– Eso sí, nos están agotando la paciencia.
– Habría que entrar a saco en sus cajas fuertes y darle su dinero al pueblo.
– ¡Ahí, ahí! Pero sin dejar de sanear sus cuentas, pues sin ellos se cae el sistema.
– Son fundamentales, los bellacos.
– Son unos bribones, nuestros benefactores.

En España

    0
    comentarios