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No se caen de la lista de los asesinos en serie

Son ellos los que bloquean la isla que convirtieron en cárcel, los que la embargaron en beneficio propio, los que torturan, los que asesinan, los que protegen a etarras y a todos los que les ayudan a multiplicar el espanto que les mantiene en el poder.

Siempre siguiendo los sabios consejos del doctor García Sabrido, un enfermero ayudó a Fidel Castro a subirse en Cólera Perenne, junto con Patraña Eterna uno de los dos caballos que más aprecia. La ocasión lo merecía. El último informe sobre terrorismo del Departamento de Estado de la potencia siempre enemiga insiste en que en su finca encuentran refugio los forajidos que jamás olvidaron la Conferencia Tricontinental que se celebró en La Habana en 1966. ¿Por qué iban a olvidarla? ¿Acaso no están los mismos que la convocaron al servicio de la barbarie eterna?

Según el más anciano de los dos coma-andantes, "Comprometidos como están con sus propios crímenes y mentiras, tal vez el propio Obama no podía deshacerse de ese enredo. Un hombre cuyo talento nadie niega, tiene que sentirse avergonzado de ese culto a las mentiras del imperio. Cincuenta años de terrorismo contra nuestra Patria salen a la luz en un instante". ¿Le traicionó el subconsciente? Es lo que queremos. Lo justo y lo necesario. Y sino en un instante, puede que no se demore el día en que los castristas tengan que reconocer sus crímenes. Comenzando por los que perpetraron en contra de la patria que con tanto éxito traicionaron.

Son ellos los que bloquean la isla que convirtieron en cárcel, los que la embargaron en beneficio propio, los que torturan, los que asesinan, los que protegen a etarras y a todos los que les ayudan a multiplicar el espanto que les mantiene en el poder. A juicio de Fidel Castro, "Sería interminable la lista de actividades repugnantes que podría enumerar". Pero no las de sus vecinos del norte, las suyas y las de los que sueñan con heredarle.

¿A qué responde el asombro del máximo líder de los cuatreros multimillonarios? ¿Acaso creyó que con Obama ya no aparecería en la lista de los asesinos en serie? Todo tiene un límite. Se equivoca si confunde remesas de dólares y de turistas con debilidad ante su terror. Hasta ahí no alcanza el miedo del estadounidense a que le inunde de balseros hambrientos. Puede que no le preocupe mucho la suerte de sus víctimas y que prefiera enredar con lo mismo que en Europa enreda Zapatero, pero no parece dispuesto a olvidarse de quiénes son y a qué sirven los hermanos Castro.

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