Los hombres públicos (y las mujeres públicas, en su mejor sentido) no es que hablen mal el castellano. Lo que pasa es que eligen toda suerte de equivalencias sutiles para dar a su discurso un aire de experticia, de conocimiento, que lo hace entre profundo y divertido. Paso a recoger unos cuantos terminachos de ese lenguaje de las personas con representación pública. Añado el equivalente de lo que sería su significación corriente. Elijo solo nombres sustantivos:
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Terminachos del lenguaje público... |
Realmente quieren decir... |
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neoliberalismo |
liberalismo |
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ciudadanos |
habitantes, personas, población, españoles |
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escenario |
decorado, circunstancia, contexto |
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estudios demoscópicos |
encuestas |
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publicistas |
publicitarios |
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filosofía |
argumento, principio organizativo, razón o fundamento de algo |
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ámbito |
aspecto, ambiente, terreno |
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inicio |
comienzo, principio |
No es que los sustantivos de la columna A estén mal, sean incorrectos; simplemente lo que choca es el abuso que de ellos hacen los hombres públicos. Cansa su reiteración. La explicación de ese recurso está en que los hombres públicos (incluidos los comunicadores, periodistas, tertulianos) necesitan dar a sus discursos un aire técnico, ilustrado. Muchas de esas opciones de los terminachos altisonantes e imprecisos se deben a que son traducciones literales del inglés. Está demostrado que los anglicismos los cometen sobre todo las personas cultas que no saben inglés, como los latinismos los introducían los predicadores de antaño que no sabían latín.