Por supuesto que este panegírico es de Albiac. Lucrecio es Albiac en LD y Albiac es Albiac en el mundo exterior.
Me encanta LD. Por un lado tenemos al gran Pepe García Domínguez demostrando con denuedo su minucioso desprecio por este extraño personaje tan pagado de sí mismo como Leví Strauss. Por otro, tenemos al mejor y más fugaz filósofo pinchadiscos de la historia de la radio en España, traicionándose a sí mismo para pagar un sentimental homenaje a este pieza. Y ambos lo hacen bien y tienen razón.
El occiso es responsable de varios desastres intelectuales de la segunda mitad del siglo XX. Además, era francés, y eso ya es demasiado agraviante per se. Sin embargo, Lucrecio habla de chamanes y lo alaba. Me decepciona un poco. No que le presente sus respetos, o que resalte sus virtudes o sus éxitos, sino que siendo Lucrecio y habiendo escrito lo que ha escrito y habiendo dicho lo que ha dicho en este fenómeno imprevisto e imprevisible de LD cometa el crimen de contradecirse.
No obstante, seré benévolo con él. Primero porque es nuestro Lucrecio, segundo porque sólo tenemos uno, y tercero porque también tiene derecho a resbalarse de vez en cuando.
Pero no te pases, querido Gabriel. Nadie es tan bueno. Si alguien parece un genio, lo más probable es que esté equivocado. Dicho de otro modo, si todo parece correcto, es que hay algo que se te ha pasado por alto.
Salud
Nunca he compartido la admiración de Lucrecio por las prima donas afranchutadas de la cultura. Siempre he preferido a los anglosajones.
Como no he leido apenas a Levi Straus, poco diré contra él. Pero Lacan, su primo hermano, le supera en pretenciosidad y deshonestidad intelectual.
Como psicoterapeuta que ha convivido mucho con lacanianos en Francia me parecen una secta pedante y sin nada que ofrecer, salvo su pedantesca convicción de pertenecer a una casta intelectualmente superior.
Magistral articulo!, sera del Sr. Albiac?
La vida cultural francesa ha sido siempre una curia de chamanes. El intelectual francés propende al ritual del yo sobreactuado con un matiz de profeta, de intermediario entre la “Cultura” y el común de los indígenas del hexágono. Tal como Borges decía de algunos escritores que eran una completa literatura, de Levi-Strauss podría decirse que era menos un literato que una completa mitología: buscador, concertador e intérprete de mundos dentro un mundo personal. Cabe preguntase si alguna vez se le pasó por la cabeza analizar su propio mito en el seno de la sociología académica francesa . Si lo hubiera hecho, acaso habría descubierto que Levi-Strauss además de mitólogo era un mito de sí mismo.
Bienvenido nuevamente a LD Opinión. Le hemos echado de menos. Habrá que ir pensando en una imagen para el icono... o no. Nada.