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¿Y si el mal fuera el catalanismo?

El catalanismo tiene derecho a existir, pero ninguno a excluir al resto de catalanes de su ciudadanía y de su catalanidad. El catalanismo no es la esencia de Cataluña, sino su parte integrista.

siona dijo el día 23 de Abril de 2010 a las 21:22:

Claro que el mal es el catalanismo,que basándose en una falsedad se ha convertido en una lacra.Que repasen los libros de historia a ver si descubren que el reino de Cataluña nunca existió y que el Reino de Aragón recibe ese nombre porque era el centro político y financiero de la zona.Era Aragón y no Cataluña.Y lo peor es que los niños catalanes nunca lo sabrán a no ser que tengan padres en condiciones que les hagan ver que eso que les enseñan es falso

alterego dijo el día 23 de Abril de 2010 a las 20:10:

Estoy totalmente de acuerdo, como ejercicio podemos revisar que ha pasado en España desde la I República.

Vendeano dijo el día 23 de Abril de 2010 a las 18:55:

Sr. Robles, siempre reconocido de su firme y enormemente dificil postura en el Oasis...

Por otra parte, catalanismo más o menos integrista, nacionalismo, independentismo... estamos hablando una y otra vez de los granos en vez de la enfermedad orgánica principal, que se llama Constitución Española de 1978.

Lo denuncia Neira, lo dijo ya Antonio García Trevijano, lo sabemos realmente todos: la Transición fué un paripé que salvó determinados intereses a cambio de comprometer el futuro de la nación, como hemos podido comprobar a los largo de un agotador e inútil experimento de 30 años...

No merece la pena empantanarse en la pequeña política del dia a dia, de hablar de los enanos que le crecen al circo, y de los malos que son. Hablemos de lo que podemos hacer los buenos. Todo está ya perdido: ¿a qué esperan las élites intelectuales y públicas aún sanas para denunciar el mal y proponer una verdadera constitución política para esta nación, algo tan académicamente claro y tan experimentado en diversas soluciones exitosas en varios países?

Dejemos de reventar granos y pongámonos a actuar en la única dirección auténticamente eficaz y moralmente digna para consagrar las últimas fuerzas que nos quedan como nación. El rey lleva ya 30 años desnudo y no sirve de nada discutir acerca del color de los pañuelos para sus mocos, debemos vestirlo antes de que se nos muera.

El nuevo vestido constitucional de la nación no debe tolerar que minorías nacionalistas chantajeen a nivel nacional. Deben proscribirse la partitocracia y el ataque a Montesquieu. La ley electoral deberá estar acorde a ese objetivo. No hay más tiempo que perder, no debemos distraernos con política de cortas miras, hay que atacar la enfermedad principal ya.

jflp dijo el día 23 de Abril de 2010 a las 12:31:

" Habrá que empezar a preguntarse en voz alta si el mal es el propio catalanismo. Legitimado por 40 años de franquismo, olvidamos que la raíz de su doctrina es racial y profundamente integrista. Él nos ha traído hasta aquí"

Decir que el rey está desnudo, mientras un coro de pelotas canta las excelencias del "traje" siempre trae costes, pero al final siempre trae recompensas. El problema es el catalanismo y lo que lleva en el paquete un odio patológico a las autenticas raices, a las auténticas tradiciones y a la realidad de Cataluña. De ahí su obsesión por alterar y falsificar la realidad.