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Emilio Campmany

¿Quién sucederá al pato cojo Zapatero?

No sé si Javier Solana estará moviendo algún hilo para heredar los escombros que deje Zapatero, pero si es uno de los aspirantes, no cabe duda de que es el de más lustre.

Aznar dijo que sólo estaría ocho años. Fue como si quisiera introducir en nuestra Constitución escrita una costumbre, la de que los presidentes sólo pueden ser elegidos para dos mandatos. Eso obligó al ex presidente del PP a renunciar al derecho de disolver anticipadamente las cámaras pues, de haber recurrido a ese expediente, habría acortado alguna de las legislaturas o las dos y su total mandato habría durado bastante menos de ocho años.

Zapatero no ha querido imponerse esa misma limitación, al menos públicamente, pero sí se empeñó en agotar su primera legislatura y ahora ya se ve que agotará ésta "cueste lo que cueste". Si en 2012 no se presentara, contribuirá a imponer la costumbre.

La limitación tiene muchas virtudes, pero padece un importante defecto: durante los meses finales del segundo mandato, el presidente pierde autoridad y cada cual empieza a hacer la guerra por su cuenta. A esta patología la llaman en Estados Unidos el síndrome del pato cojo, referido en principio a los presidentes que lo son cuando otro ya ha sido elegido, pero que todavía no ha tomado posesión, y que luego se hizo extensivo a todo el segundo mandato. Es lo que le pasó a Aznar durante su segunda legislatura, especialmente al final, y es lo que le está pasando a Zapatero ahora que se ve que la crisis no afloja y que su creciente impopularidad le impedirá presentarse a una tercera reelección con independencia de cuál sea su voluntad.

Por eso se niega Tomás Gómez a quitarse de en medio, por eso vuelve del Cuaternario Antoni Asunción y por eso quieren hacer primarias hasta en el PSOE de Leganés. Pero no sólo, sino que por eso le sacan en los periódicos a José Bono y a Carme Chacón el patrimonio que tienen, para desacreditarles como posibles sucesores del pato cojo Zapatero.

La cuestión, sin embargo, es quién, amortizados Bono y Chacón, es el tapado. No es la primera vez que lo planteo y en anteriores ocasiones creí que sólo podían ser Blanco y Rubalcaba. El astuto Freddy tiene a Prisa, pero no parece estar postulándose cuando amenaza a Tomás Gómez y enseña los dientes para defender a Trini, que es tanto como defender al pato cojo. Blanco se está sometiendo a un cambio de look, pero es impensable que el perro de presa del presidente suceda al jefe. Fue impensable que lo fuera Guerra y no lo fue menos con Cascos. Tampoco parece que pueda serlo Blanco. Pero hay una tercera posibilidad: Javier Solana.

El hermano de Luis es más espabilado de lo que parece, ya que fue capaz de llegar a ser secretario general de una organización internacional tras oponerse con vehemencia a que España entrara en ella. Pero no parece muy interesado en la política española. De uvas a peras publica pestiños soporíferos en El País que escribe originalmente en inglés y que Janli nos hace la caridad de traducir para que podamos leerlos. El último apareció este sábado con el atractivo título de Las grietas del G-20.En él, lo más interesante que se lee es: "debemos vencer la inercia que nos hace mantener ideas antiguas... y alianzas antiguas". ¿Qué querrá decir? ¿Chi lo sa? No sé si estará moviendo algún hilo para heredar los escombros que deje Zapatero, pero si es uno de los aspirantes, no cabe duda de que es el de más lustre.

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