Ok, perdona, loboe, ya veo que sabes de lo que hablas, no te había entendido bien.
Entonces propones crear otro lulu más o menos, no?
Juanvic:
Tienes razón en lo que dices, pero habría mucho que matizar. Por supuesto, además de ese portal que citas, existen muchos más -solo tienes que buscar en Google- y aparte de esas condiciones que citas, se te ha olvidado señalar el Depótiso Legal, que es otra condición para editar cualquier libro en España.
Ocurre que por razones profesionales, conozco algo del “backstage” del mundo editorial y más aún de su distribución. Incluso he visto publicada una obra y respecto a ese aspecto de gestor fiscal del que hablas, puedo comentarte que yo acabé de cobrar mis derechos de autor por después de 10 años de pleitos y de que mi obra hubiera sido distribuida en Hispano América sin mi consentimiento. Además, esa idea que he lanzado en las cuatro líneas de mi comentario, es en realidad un proyecto muy elaborado que no he puesto en práctica porque a última hora me fallaron los resortes económicos.
Todo eso que dices son verdades a medias en la medida en la medida en que corresponden a una visión local y de “ayer” del problema. Por ejemplo, qué crees que pasa con la mitad de esos condicionantes si el editor es una empresa radicada en Aruba o Gibraltar, cuyos servidores están en Houston o en Hon Kong y sus empleados en India, o Lituania?
Muchas de las labores que realizaba el editor han desaparecido o han cambiado drásticamente. Actualmente el autor no entrega un manuscrito que sufre un largísimo proceso antes de ser un papel impreso, sino un fichero .PDF o LaTeX, casi perfecto que ha editado él mismo. Incluso en los casos es que es necesario un proceso adicional de corrección, maquetación; corrección de estilo o traducción, esos trabajos no los realizan ya los editores en sus oficinas, sino colaboradores que quizás trabajan en una masía perdida en el Pirineo o en Canadá. Se trata de procesos que pueden y debe externalizarse y el portal que propongo tendría una sección de demandas/ofertas de trabajo en el que los autores y los profesionales de esas áreas podrían contratar libremente sus servicios -la pólvora ya está inventada-.
El portal también podría mediante un precio, actuar de gestor administrativo de los autores y encargarse de la obtención del ISBN, de realizar el Depósito Legal y por supuesto, de los aspectos fiscales de la venta minorista -Liquidación de IVA, retenciones al autor, etc. Etc.-
El núcleo de la cuestión, es que el 90% del antiguo trabajo del editor ya no es necesario. Empezando por el hecho de que hasta ahora, se requería un considerable músculo financiero para poner digamos 300.000 ejemplares en los puntos de venta. A cambio de lo cual, el editor se quedaba con la parte del león. Ten en cuenta que en la mayoría de los casos, el autor percibe lo mismo o poco más que ese convidado de piedra que es el Estado en concepto de IVA.
El gran problema es que la mayoría de los que están actualmente en ese negocio piensan con una óptica de ayer en un paisaje provinciano, mientras que ahora, el mundo es ahora global y los parámetros de la ecuación han cambiado drásticamente.
Estoy de acuerdo con Pecio. Además, el libro electrónico no pesa ni abulta apenas, y a las chicas nos cabe en un bolso mediano. Yo lo encuentro estupendo para leer en el metro o en el tren (compárese con uno de esos mamotretos de Stieg Laarsen, por ejemplo). Como otras ventajas, se puede señalar que es más ecológico y que soluciona de un plumazo el problema de falta de espacio para estanterías (muchas veces repletas de libros que no volveremos a leer).
Yo desde luego estoy encantada con mi aparatejo. También debo decir que mayoritariamente leo literatura en inglés (mi lengua materna). Me imagino que el lector de español lo tendrá más crudo para encontrar los títulos que le interesen.
Los de la industria librera tendrán que reajustarse al mercado. Una vez más, renovarse o morir.
Loboe, ya tienes Criteriaclubdelectores. Allí también hay ebooks. Pero lo que propones de que el autor suba su obra... La impresión no elimina la edición de una obra. Si queremos obras, ya sean ensayos, literatura, libros académicos de calidad, no se puede suprimir la faceta del editor, que muchas veces es también maquetador, corrector de estilo, de texto, etc., psicólogo del autor, gestor fiscal, etc.
Además, si escribes un libro, quieres distribuirlo y pretendes ganar dinero con él, necesitas un isbn o hacienda te puede crujir. No puedes poner un libro a la venta a la buena de dios en una web a 10 euros, vender 600 copias (que ya sería un éxito para un autor novel), llevarte 6000 euros e irte de rositas. Las leyes estructuran este mercado de tal manera que o pasas por ciertos aros o eres un intruso al que hay que aplastar.
Lo mismo le ocurre al coche electrico, forzado, por ley, a que haga ruido...
El progreso siempre ha sido lastrado por los intereses de unos pocos.
Puestos a dar ideas, y dado que cuando el Diablo está ocioso, mata moscas con el rabo, brindo la siguiente a LD:
Añadir una sección o portal especializada para comerciar libros electrónicos. Sería un híbrido entre un editor y un librero. Los autores subirían sus libros en cualquier formato reconocible y señalarían el precio por descarga. LD, gestionaría la infraestructura a cambio de un canon o % del precio fijado.
Como bien saben muchos de los lectores, montar el tinglado cuesta cuatro duros si se cuenta con un mínimo de infraestructura. PHP, MySQL y demás.
No me las voy a dar de guru de los negocios, pero creo que sería un éxito. La razón es que esta es una "calle" por la que pasa mucha gente, lo que significa que es buena desde el punto de vista comercial. Además ser editor/vendedor de periódicos -aunque sean digitales- tampoco está tan alejado de ser editor/librero.
Mi abuelo decía que el movimiento se demuestra andando, así que aquí están mis dos centavos para que exista algo más que leer en Español sin tinta ni papel de por medio.
Una vez más, totalmente de acuerdo contigo en este tema.
En mi opinión está habiendo una serie de movimientos claros por parte del sector editorial español:
- Privatización del ISBN. Una privatización negativa, no por ser privatización propiamente, sino por su fin: es un movimiento puramente corporativista. O mafioso, si queremos llamarlo así. El sindicato del whisky va a dar ahora las licencias para producir whisky y si no les interesa que entren más productores, no lo permitirán, y si les interesa retrasar a unos y favorecer a otros, así lo harán, y si llega gente joven con ideas nuevas y ofrece mejor calidad en el whisky o incluso whisky digital con selección de formato, les pararán los pies, no vaya a ser que les hagan trabajar más para vender menos.
Lo tengo claro: es como ciertos sectores funcionariales: controlar el acceso a la profesión les permite mantener la mediocridad de la misma de modo que no entren los mejores, que les harían tener que esforzarse más o quedar en mal lugar. Pues el control gremial viene a ser lo mismo.
- Han nombrado presidente a un administrador de empresas, no a un editor de verdad. Es un gestor, un tío formado (y seguramente muy bien formado y con talento) en cuestiones empresariales, decisiones estratégicas, etc. Pero no es un editor de verdad: no es alguien que entiende la pasión por el libro, el amor por los pliegos sin cortar, la satisfacción de la obra de arte acabada, el respeto por el trabajo sesudo (a veces) del escritor... y la necesidad de no perder el tren digital. Si ese tren lo coge la gente, pero los editores se aferran a tratar de obligar a la gente a que cojan el suyo, acabarán siendo la SGAE del mundo librario. Y habrán firmado la sentencia de defunción de la profesión (pudiendo haber iniciado a tiempo un proceso de transformación que las leyes están bloqueando en este país y otros).
Por otra parte,yo le he pedido a los reyes que en LibertatDigital hagáis un análisis de la ley del precio fijo y sus perjuicios para el sector librario. Libros a favor de la ley del precio fijo los hay a porrillo, casi siempre editados colectivamente o bien por libreros, o bien por editores (¡!) o bien por políticos. (Sé que cuesta ponerse, pero es que si os ponéis en serio y sacáis un buen análisis tendría mucho interés)
Yo tengo uno de esos cacharros electrónicos, sigo comprando papel y leo en ambos formatos.
La literatura libre de derechos la descargo, y las novedades que me interesan las compro preferentemente en papel.
Para leer es más cómodo el libro electrónico, especialmente en la cama, con una mano sujeto el libro, que pesa poquísimo, y paso las páginas. Fatiga en los ojos inexistente, y la batería dura muchísimo.

juanvic:
Respecto a tu pregunta, no exactamente.
En realidad, Lulu nació como un proyecto que permitiera hacer realidad tiradas muy cortas a autores que de otro modo nunca podrían haber accedido a ver impresas sus obras, y en este sentido, supuso una iniciativa encomiable. Sin embargo, quizás sea un ejemplo paradigmático de una buena iniciativa que es sobrepasada por el avance tecnológico a poco de nacer.
Aunque parece que han abordado también la edición electrónica, la idea original ha dejado prácticamente de tener sentido, del mismo modo que han dejado de tenerlo los departamentos de publicaciones de Universidades, Institutos y Facultades en esta era en que los profesores pueden colgar los apuntes en sus páginas Web y los estudiantes pueden intercambiarlos por medios electrónicos.
Por volver al asunto inicial, creo que el problema es que vivimos en una sociedad -al menos los que toman decisiones- terriblemente inmovilista y reluctante al cambio. La prueba más palpable la tienes en las cavernícolas declaraciones del recién estrenado presidente de los editores Españoles, gremio en el que la consigna parece ser tarde y mal.
En cualquier caso y dado que el mundo no espera a nadie, se hace más y más cierta la afirmación que lancé hace tiempo en este digital respecto a los editores Españoles: su problema es que están muertos y aún no se han enterado.
Salu2.