Menú

¿Salvará el libro electrónico la cultura?

El libro digital tiene una estructura de costes infinitamente más asumible que hace posible el riesgo, la aventura y la búsqueda de la excelencia y no el intento, por otra parte legítimo pero quizá cortoplacista, de maximizar el beneficio rápido.

Molloy dijo el día 29 de Enero de 2011 a las 21:00:

Como todas las industrias, las editoriales viven de vender sus productos, los libros, y es legítimo que así sea. Lo del libro digital está muy bien y tarde o temprano se impondrá, pero no supondrá un avance para las editoriales, y mucho menos para las librerías, dado que la mayoría asocia lo digital con lo gratuito. Ya se están frotando las manos ("Que se jodan. No me volveré a gastar un pavo en libros"). Bien. Lástima que el jamón de pata negra y la cerveza fría no sean digitalizables. Me los bajaría de internet.
La cultura no está en peligro; al menos, no en peligro de desaparición. Es más: la tecnología nos facilita la publicación nuestras creaciones, y no digamos de nuestras opiniones. Las nuevas tecnologías han generado millones de artistas potenciales. Arte popular, vulgar si se quiere, pero arte al fin. ¿Pues no es arte grabar con el móvil una paliza? ¿Acaso Tarantino o Peckinpah detentan el monopolio artístico de las escenas violentas?
La cultura no está en peligro, pero se encuentra en proceso de dispersión, de metástasis, de entropía brutal, con tendencia al absurdo. Desaparece la intermediación entre el artista y el diletante (tan manido argumento: "Se forran a nuestra costa"). Desaparece la motivación económica, tan respetada por los liberales. Bien, pues prepárense para lo que viene, para lo que ya está aquí: autoedición, millones de bodrios pululando por internet... ¿Criterio para elegir? Supongo que aparecerán sitios que venderán la excelencia: cibereditores, ciberproductores... listillos siempre ha habido.
Recuérdenlo: siempre ha de haber quien separe la paja del grano. Si se trata de grano y paja digitales, supongo que el servicio será gratuito. Dispersión, entropía, metástasis, más bodrios que lectores... eso nos espera. Es la muerte de Gutenberg. Descanse en paz.