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Víctimas del odio y del miedo

La muerte de un semejante, con premeditación y alevosía (y en mayor grado, si se lleva a cabo sobre inocentes y de forma indiscriminada), no puede ser fruto más que de un gran odio no contenido. Pero, ¿se puede odiar a personas desconocidas y normales?

aar2010 dijo el día 7 de Julio de 2011 a las 12:35:


Mucho ánimo señor Moris.

La espontaneidad de las pancartas con la palabra PAZ es la misma que la de la aparición el cartel PSOE después del gol de Butragueño 4 dias antes de las elecciones generales del 86.

PAZ es ZP. Solo hay que mirar las fotos de la campaña electoral del PSOE de 2004 para ver a que me refiero (El atril utilizado en los mítines).

Y en la misma campaña se puede leer en los carteles del PSOE "merecemos una España mejor" frase muy parecida a la utilizada por el heroe del 13-M, Rubalcaba.

elviejoy dijo el día 6 de Julio de 2011 a las 21:17:

Tiene usted toda la razón. Pero no pida disculpas por expresar su opinión.
Y es cierto. Yo simpaticé en un principio con el llamado 15M, pero pronto descubrí que es un movimiento manejado y nada espontáneo. Personas que no dan la cara y sobre la excusa del asambleismo -pero que es justo cómo funcionan los partidos de izquierdas, una falsa democracia- planean impedir que gobierne el PP. Utilizan las quejas de los ciudadanos -justas en sí- para fines similarres a los del 2004, sin un ataque al gobierno o al partido gobernante.
Ojalá no acabe igual.

ongietor dijo el día 6 de Julio de 2011 a las 19:59:

Con vosotros no olvidaremos.

Urdin dijo el día 6 de Julio de 2011 a las 18:59:

Duras palabras a las que difícilmene puede añadirsele nada. Para entender el presente a veces conviene volver hacia el pasado para ver si en la sociedad española, a lo mejor, no hay algo que se ha hecho mal o sencillamente que no se ha hecho de ningún modo por alguna razón concreta. Por ejemplo en torno al tema terrorista. Si volvemos hacia la actititud de los medios de comunicación social hacia el fenómeno terrorista hacia el final del régimen anterior tal vez recordemos un lugar común que por lo demás siempre se ha producido en periodos revolucionarios o para revolucionarios y es la incertidumbre ante la psicologia del terrorista el deseo perverso de comprar la paz o al menos la seguridad personal manteniendose al margen del problema, diferenciando entre la "dictadura" y los "razonables ideales" de los terroristas. Esta actitud mezquina y cobarde no constituye un logro ni una peculiaridad de la Transición, si nos fijamos la vemos en la actitud del llamado partido de la llanura durante la revolución francesa. El partido de la llanura es lo que hoy llamriamos el centro, la gente moderada, con sentido común pero cuya cobardía hizo tanto o más que los propios jacobinos para llegar a implantar el regimen del Terror, mientras que los descamisados con escpulario que negaron la mayor desde el principio en ningún momento tuvieron la menor duda sobre el caracter genocida, criminal y totalitario de la Revolución francesa. La transición legitimó la bandera del PNV o lo que es lo mismo la bandera de ETA como si los aliados para apaciguar a los alemanes hubieran mantenido la svastica sabiendo que ni la svástica es la bandera histórica de Alemania ni la Ikurriña la bandera histórica del PAís Vasco, sino que ambas son banderas políticas y legitimarlas legitima su política. Y los políticos de la transición han jugado para acabar con el terrorismo a que la verdad no existe y el fin justifica los miedos y como sin verdad no hay justicia las víctimas están a expensas de Nuevos Césares y Nuevos Pilatos para los cuales la pregunta ¿Y qué es la verdad? se traduce en la liberación del más fuerte Barrabas y en la crucifixión del más débil. Tal sociedad está muerta por mucho que se emborrache de retórica sobre los derechos humanos porque si no hay justicia, por mi los derechos humanos se pueden ir al mismísimo infierno.