Señor Erbilyos
Como dije en mi comentario, en el Área de Matemáticas, no de toda la universidad en su conjunto.
Le dejo el enlace a la lista, donde la Autónoma aparece en el puesto 52 y la de Valladolid el 98.
http://www.shanghairanking.com/SubjectMathematics2...
Así mismo aparece la de Zaragoza entre las 100 mejores en la lista de química y la de Valencia en la de Física. Todas ellas universidades públicas de este país.
Enseñanza Media: alumnos que repiten un año tras otro gratis total. Un ejemplo, en una clase de 2º de bachillerato de 25 alumnos 10 no se han presentado al último examen, no han abierto el libro y el cuaderno en todo el curso. No hay problema al año que viene repetiran "gratis" otra vez y si es necesario una tercera. ¡Sería impopular hacerles pagar!
Universidad: profesores que acumulan sus horas en un cuatrimestre. Total son tan pocas las que imparten a la semana que se puede hacer perfectamente. El otro cuatrimestre lo dedican supuestamente a la investigación (tenemos cantidad de patentes, artículos en revistas internacionales de prestigio, premios nobel...) y de paso a dar algunas conferencias o cursitos en paises sudamericanos o alguna "beca" para complementar el sueldo universitario.
Sigamos con la operación MAQUILLAJE.
Señor Lelio:
Acabo de consultar la Clasificación de Shanghai, y puedo afirmar que no hay ninguna universidad española entre las doscientas primeras de la clasificación general.
Otra cosa es que, en algunos campos o materias en concreto, algunas universidades españolas obtengan una posición mejor, pero son clasificaciones parciales, no generales.
Buenos días,
Unas breves líneas para comentar una afirmación del editorial que ya vi con anterioridad en esta página web.
No estoy al tanto de los rankings generales de universidades, pero la Universidad Autónoma de Madrid y la Universidad de Valladolid figuran entre las 100 mejores del mundo en el área de Matemáticas en el 'Ranking Shangai'.
Además, estoy convencido que en muchas otras áreas de otras universidades también hay excelentes docentes e investigadores.
De acuerdo que la educación en este país necesita una reforma, sobre todo a nivel escolar, pero sigue habiendo excelentes centros de formación seperiores y de investigación gracias al trabajo de mucha gente de la Universidad Pública.
Hay que ir mucho más allá de lo que sugiere este editorial. Hay que acabar con la mayor anomalía que existe en España: la educación pública gratuita. A algunos esto les sonará hoy a exageración pero dentro de unos años todos estarán de acuerdo que no hay razón alguna que justifique la gratuidad en la enseñanza a partir de los 14 o 15 años. Una vez desactivada cuando miremos para atrás no creeremos el sistema que hubo en España durante tantas décadas, nos parecerá ciencia-ficción.
Todo esto tiene unos responsables.
Que los que han llevado el sistema educativo a estar donde está encima quieran hacernos creer que son los expertos ideales para que esto siga igual, una cangrena en fase avanzada, hacen lo que aprendieron de ZETAp.
Los responsables, empezando por Rubalcaba, de que la educación esté como está encima quieren pasar como los adalides de una educación excelente. Oxímoron. Aporía eleática.
Lo malo que los comunicólogos no nos recuerdan esas “hazañas” de estos mamarrachos. La gente, los millones de votantes, tienen mala, muy mala, memoria. Deben formatear su disco duro. Garbage.
No se puede soslayar el carácter político que tiene toda reforma educativa. Político en dos sentidos: en el primero, porque requiere un impulso político. En nuestro país ello no puede significar simplemente un Gobierno dispuesto a hacer la reforma que nuestro sistema educativo necesita. Significa ante todo una acción destinada a convencer a la población de la necesidad de dicha reforma y, sobre todo, a que se produzca un divorcio entre lapoblación, sentimentalmente adherida al discurso educativo de la izquierda, y las mafias funcionariales y políticas que controlan la administración educativa.
Y político en un segundo sentido: se ha de ser consciente de que el sistema educativo moldea a la infancia y a la juventud. Dirigido de cierta manera (la que ha prevalecido en los últimos treinta años) producirá ciudadanos reacios a esforzarse y sensibles al populismo y la demagogia. Hay que dirigir la reforma a crear ciudadanos conscientes de que el destino propio y del país está en sus manos y no en las de las castas dirigentes, críticos en el sentido clásico de la palabra y no en el que preconiza el pensamiento marxista y, por supuesto, mejor instruidos, con más conocimiento del mundo y con mejores herramientas intelectuales para conocer y entender el mundo que les rodea.
Sin duda se trata de una reforma de gran calado, y requiere, por supuesto, mucho más que meros ajustes.