Menú

Izquierda Unida, y bien unida al régimen

No podemos pasar por alto el papelón hipócrita que Izquierda Unida está haciendo en Andalucía.

Pasemos por alto la peculiar conducta de una formación política que, con la historia que tiene tanto en España como en el resto del mundo, jamás ha hecho un examen autocrítico de la trayectoria de un materialismo decimonónico, hegelianismo a la inversa como dijo Marx, que ha sido una pesadilla de la razón que ha generado monstruos y dictaduras criminales. Pasemos por alto su astuto camuflaje ético que hace creer a los trabajadores asalariados que son el destino moral de sus políticas, cuando no son otra cosa que carne de cañón y correa de transmisión de una teoría inaceptable de la historia que tiene como fin el dominio absoluto, no del proletariado, sino de un partido, de un comité, de un solo hombre (Trotsky dixit), sobre una sociedad que no puede ser libre ni lograr la igualdad predicada. Repásese la historia, por favor.

Pero no podemos pasar por alto, dada la presencia minuciosa de la corrupción en España, y especialmente en Andalucía, el papelón hipócrita que Izquierda Unida está haciendo en esta comunidad. Podrían haberse comportado como sus correligionarios extremeños y haber dado el Gobierno, aunque fuese temporalmente y bajo control, a un Partido Popular que ganó limpiamente las elecciones con el fin de desactivar el régimen socialista y dar paso a un nuevo uso de la democracia en el sur de España, la quinta parte de la nación. Al contrario, decidieron apuntalar a un régimen infecto que tiene un largo rosario de casos de corrupción desde sus comienzos, en 1982, casos que en algunas ocasiones fueron denunciados por la propia Izquierda Unida. Deseosos de tocar poder, de resolver su situación económica ruinosa y de favorecer el sectarismo de izquierdas, apostaron por formar parte del régimen instalado en Andalucía desde hace más de treinta años.

Desde que cogobierna, esta izquierda ha callado el origen de la crisis económica y financiera para no señalar a su socio socialista; urdió un paripé de comisión de investigación parlamentaria sobre los ERE para salvar a Chaves y a Griñán; se ha negado a investigar el caso Invercaria, otra tela de araña parecida a los ERE para ayudar a empresas amigas; sostiene y se apoya en los sindicatos UGT y CCOO, implicados ya en demasiadas cosas como para salir de rositas; lanza proclamas cuba-bolivarianas impropias para una democracia mientras asaltan supermercados y aplauden cuando grupos de radicales acuden a las puertas de los domicilios del PP en protesta por los desahucios sin sonrojarse siquiera cuando Unicaja les condona deudas impagadas por importe de varios millones, que se sepa, por no hablar de otros espectáculos con fotos de mariscadas que producen vergüenza ajena.

Pues sí, señores, esta ajada reliquia del siglo XIX, dirigida por un grupo de personas con una formación que no supera los mínimos exigibles (lo que no les impide creer que lo que proyectan es un bien absoluto para todos sin necesidad de consultarles), con un inquietante ideario consistente en lograr en la calle lo que no puedan en las urnas y cómplice de un régimen corrupto andaluz en el que ya han inscrito sus nombres y sus siglas, pretende ser el futuro de la izquierda en España. Espero que, tras su breve ascenso en las encuestas, motivado por el hastío hacia este liquidado PSOE andaluz, la izquierda demócrata andaluza, que la hay, resuelva este problema y mande a esta gente al siglo al que pertenece. Amén.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Curso
    • Inversión
    • Securitas
    • Buena Vida
    • Reloj Durcal