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Pablo Molina

Obama salva a lrán del colapso económico

Lo peor es que esas importantes concesiones se han hecho sin que Teherán diera nada a cambio.

Lo peor es que esas importantes concesiones se han hecho sin que Teherán diera nada a cambio.

Cuando hace un año los seis poderes mundiales (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania) suscribieron un acuerdo provisional con Irán en torno a su programa nuclear, la economía de la República Islámica estaba al borde del colapso. Las sanciones internacionales, el rechazo consiguiente de los mercados financieros a invertir en el país de los ayatolás y el descenso del precio del petróleo amenazaban por llevarse por delante las finanzas de Teherán y provocar fuertes sacudidas en un tejido social ya muy tenso. Un año después, gracias al levantamiento parcial de las sanciones, impulsado sobre todo por el presidente norteamericano, la economía iraní presenta un panorama bien distinto.

Como demuestran las cifras oficiales recogidas en este estudio de la Fundación para la Defensa de las Democracias, la economía iraní ha mejorado notablemente desde que se levantaron parcialmente las sanciones, impuestas a causa del rechazo de Teherán a poner fin a su programa nuclear. En lo que respecta a las cuestiones económicas que afectan más directamente a los ciudadanos, la inflación se ha reducido más de la mitad en el último año, hasta situarse en el 15% -todavía elevada, pero ya lejos del 34,7% de media en el periodo anterior-. En cuanto al Producto Interior Bruto (PIB), los analistas prevén un incremento para el próximo año del 2,5%, después de dos ejercicios en negativo, lo que ha llevado al presidente Ruhaní a proclamar, no sin razón, que Irán había salido ya de la recesión.

Esta mejora palpable de la situación se produce a pesar del desplome del precio del barril de petróleo. Según el Ministerio de Industria, el sector de la automoción ha producido en el segundo cuatrimestre de este año un 71% de vehículos más que en el mismo periodo del año anterior. En cuanto al turismo, el presidente del organismo estatal dedicado a su promoción, Masud Soltanifar, ha confirmado un aumento del 200% respecto a 2013 en el número de turistas extranjeros.

El alivio de las sanciones ha tenido en la industria petrolera los efectos más benéficos. Las exportaciones han superado con creces todas las previsiones, alcanzando un 8% más de lo esperado. El crecimiento del este experimentó en el primer trimestre de 2014 un aumento del 6,1%, mientras que en el mismo periodo del año anterior cayó casi un 22%, lo que da una idea del impacto que la rebaja de las sanciones internacionales está teniendo en la principal fuente de ingresos del país.

Si después del próximo día 24, fecha en que expira el plazo para un acuerdo definitivo, se prolongan durante otros seis meses las negociaciones y se mantiene el actual régimen de sanciones económicas, Irán tendrá acceso a otros 5.000 millones de dólares en reservas y pasará a ingresar otros 700 millones mensuales por la venta del petróleo y derivados, lo que permitirá al régimen afrontar sus necesidades de financiación.

Toda esta importante mejora de la economía, que apuntala los pilares del régimen, obedece fundamentalmente al interés de Barak Obama por llegar a un entendimiento con las autoridades iraníes. El asesor presidencial y exministro de Inteligencia Ali Yunesi ha confirmado este extremo al declarar en una entrevista con la oficiosa Fars News que los Estados Unidos parecen estar más interesados ​​que las otras cinco potencias mundiales en llegar a un acuerdo. La Casa Blanca logró finalmente que se alcanzara un pacto con Teherán, en virtud del cual se levantaban parcialmente los embargos, cuando la economía iraní estaba al borde del colapso.

Durante estos diez meses, Teherán no ha mostrado un especial interés en concluir un acuerdo definitivo sobre su programa nuclear. De hecho, este estatus indefinido juega a su favor. La consecuencia es que un arma poderosa para obligar a Irán a abandonar su carrera nuclear ha quedado desactivada por el deseo de la Administración norteamericana de alcanzar un acuerdo a cualquier precio.

Lo peor es que esas importantes concesiones se han hecho sin que Teherán diera nada a cambio. De hecho, los ayatolás van a seguir adelante con su programa armamentístico, según repite con insistencia el Líder Supremo de la República Islámica, Alí Jamenei.

Con una economía en crecimiento y una mejora sustancial de la inversión extranjera, los incentivos para que Irán abandone sus planes belicistas prácticamente han desaparecido, justo lo contrario de lo que Obama pretendía cuando decidió tender una mano al régimen de Teherán.


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