En todas las regiones de España los afiliados de Vox están trabajando con ilusión para cambiar el rostro de un presente cada día más desalentador, y convertirlo en futuro de ilusión y esperanza. En Andalucía, los militantes han elegido al juez Francisco Serrano como candidato a las elecciones autonómicas: es la ventaja de confiar en la democracia interna y no en la selección digital para premiar favores.
El juez Serrano es el candidato de Vox, pero también de la justicia y la libertad. Precisamente fue represaliado en su carrera judicial por atreverse a cuestionar el pensamiento único al conceder permiso a un padre separado para que se cumplieran los deseos de su hijo de asistir a una procesión de Semana Santa. Gran pecado el suyo de atender a un niño, escuchar a un padre y concederles libertad para acudir juntos a las procesiones. Si al menos hubiese sido un mitin comunista, quizá no hubieran sido tan beligerantes contra el juez. Pero Francisco Serrano es un ciudadano comprometido con la justicia y la libertad, y eso es todo un peligro para la partitocracia. Su libro La dictadura de género es una profecía que ya estamos viviendo: discriminación contra las familias y cada vez menos libertad para educar a los hijos. Un pensamiento totalitario que asumen los viejos partidos, y también los nuevos, temerosos todos de las represalias. Los partidos han enfangado la justicia hasta tal punto que se premia a los jueces politizados, los que retuercen las leyes para excarcelar terroristas o defender a los corruptos, y se persigue a los que se atreven a poner en cuestión dogmas totalitarios.
Nuestro candidato es todo un orgullo para Vox, tal y como he visto manifestar a nuestros simpatizantes en las redes sociales. Presiento que, con él, se acaba de iniciar en Andalucía la regeneración que urge en toda España. En las próximas elecciones el juez Serrano liderará el único voto útil, el único que hará resonar en el parlamento andaluz las grandes verdades que todos piensan y nadie dice: que el sistema autonómico ha convertido Andalucía en una de las regiones con más corrupción, más paro y más pobreza de Europa; y que es hora de salir de esta autopista a la ruina por la primera a la derecha. Sólo Vox y sólo candidatos como el juez Serrano garantizan una alternativa real a la corrupción institucionalizada que no pase por el populismo, por la izquierda o por el centrismo timorato.