
A Benítez no le interesa demostrar que Ronaldo es el mejor jugador del mundo. Benítez no se come la cabeza con el récord de Keylor Navas. No hay debate sobre Jesé porque no haya jugado un partido que no estaba sentenciado, ni tampoco atiende a la última recurrencia de la prensa: que el equipo tiene modricdependencia. A este entrenador, lo único que le interesa es que el Real Madrid gane y si es posible, jugando bien. Algo que está haciendo a ratos. Hacerlo siempre a estas alturas de la temporada, sería un pensamiento surrealista.
Sólo van seis partidos oficiales con excelentes números, 16 goles a favor y uno en contra. Una gran portada que cubre un buen libro que mejora a cada capítulo porque el partido en San Mamés fue una muestra de todo lo que puede hacer este equipo con Benítez. Dominar, combinar y presionar como hicieron en la primera parte y correr, defender, reaccionar a un contratiempo y sufrir como pasó en la segunda. Ganar en San Mamés sin James, Bale, Ramos y en menor medida, Danilo, no es tarea sencilla. El partido dejó muchos detalles positivos.
Los detractores que esperaban el primer test serio de la temporada para atizar más al Madrid de lo que ya estaban haciendo, ya pueden sacar conclusiones relevantes y no muy beneficiosas para sus intereses. En la primera piedra de toque, el Madrid no aburrió como decían que haría Benítez. No fueron defensivos, como esperaban del equipo de Benítez. Dominaron y no fueron dominados como decían que sería este nuevo Madrid.
En la misma situación está Kovacic, criticado sin haberle visto jugar. El croata fue la sensación del partido. Titular por primera vez y en un estadio complicado. Su influencia en el juego fue clave. Con él, el Real Madrid cambió de esquema y volvió al siempre cuestionado trivote, habitualmente mal relacionado con ser ultra defensivo.
Esta es otra de las novedades positivas del Real Madrid de Benítez. En San Mamés perdí la cuenta del número de sistemas que utilizó el equipo. Iba variando en mitad del partido como si fuera un encuentro de baloncesto. "En zona, ahora presionamos, cambiamos a cinco centrocampistas..." Es lo que demandaba la afición y la directiva tras el paso de Ancelotti. Y los jugadores cambiaban y cumplían en cada variante. Sí, como un equipo trabajado porque eso es lo que hace Benítez, trabajar.
