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Pablo Molina

Rajoy en La Sexta

Mariano acudirá al bastión del rojerío televisivo, a que le pongan a caldo.

Mariano acudirá al bastión del rojerío televisivo, a que le pongan a caldo.
EFE

Las elecciones del próximo día 20 están tan reñidas que incluso Rajoy, la pachorra hecha político, ha decidido salir de La Moncloa a ver qué se cuece por el rojerío televisivo, el mejor observatorio para intuir qué piensan "los de abajo", como le gusta decir a la Podemidad.

El Partido Popular decidió el año pasado prohibir a sus representantes acudir a las tertulias de cadenas como La Sexta, caracterizadas por un sesgo ideológico izquierdista que los directivos de A3 Media resumieron de manera muy gráfica: Podemos mañana, tarde y noche. El veto hace ya tiempo que fue levantado, pero la prueba definitiva de que al PP ya no le molesta la estrategia de "Podemos por la mañana, podemitas por la tarde y Pablemos de noche" es que el presidente va a ir a La Sexta este fin de semana en lugar de mandar a Soraya, como cabría esperar.

Mariano Rajoy irá al plató de La Sexta Noche, donde los podemitas más agrestes tienen su segundo hogar, para someterse a las preguntas del pueblo, tal y como sus principales rivales a la presidencia del Gobierno han hecho con anterioridad. Los ciudadanos seleccionados por La Sexta podrán este sábado reprochar a Rajoy todos los males que les acucian, que para eso es el presidente del Gobierno. Los populares confían en que la cosa no se calentará demasiado, dado que la última concesión de una licencia de TDT al grupo A3 Media ha sido cortesía del Gobierno del Partido Popular. Como siguen sin aprender nada, no entienden que, precisamente por haber recibido un favor de la derechona, ahora toca compensar el agravio preparando una encerrona por todo lo alto, con la campaña electoral ya iniciada y en horario estelar.

Afortunadamente para él, pocos días más tarde sus anfitriones en la televisión serán Bertín Osborne y, sobre todo, María Teresa Campos, la reina de las tardes del fin de semana, a cuyo programa acuden los candidatos a La Moncloa a cantarle en directo y pedir el voto de la tercera edad. Iglesias dejó tan bajo el listón la semana pasada, con su nana-tostón de tintes revolucionarios, que cualquier cosa que haga Mariano quedará fenomenal.

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