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Guillermo Dupuy

¿Madrid bien vale la traición en Cataluña?

Lo que amenaza la unidad de España no es tanto el desafío nacionalista como la división de los dos grandes partidos supuestamente nacionales.

Aunque seguramente sea apócrifa, tiene todo el sentido del mundo atribuir a Enrique de Borbón aquella frase de "París bien vale una misa". Al fin y al cabo, Enrique era hugonote y Francia un país mayoritariamente católico. Pero tiene narices que la única posibilidad que a día de hoy tiene Pedro Sánchez de convertirse en presidente del Gobierno de España sea la de convertirse a ese credo antiespañol que exige un nuevo y no menos ilegal referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Esa es al menos la condición sine qua non que, a día de hoy, Podemos y el resto de formaciones contrarias a nuestra Constitución ponen al PSOE para investir a Sánchez presidente del Gobierno. Y, mientras el PP y Ciudadanos no le brinden su apoyo, ese será el felón compromiso que el socialista deberá adquirir.

Se dirá con razón que aun peor que la negativa del PP a respaldar un Gobierno presidido por un socialista es la negativa de los socialistas a respaldar un Gobierno presidido por un miembro del PP, sea o no Mariano Rajoy. Pero aunque ciertamente sea el PP el partido más votado y, por tanto, el más legitimado para presidir ese hipotético Gobierno de concentración nacional, lo que pone en riesgo lo que queda de España y lo que de hecho ya ha fracturado a nuestra nación entendida como Estado de Derecho sigue siendo no tanto el desafío secesionista de los nacionalistas como la división de los dos grandes partidos supuestamente nacionales.

Bien está que el Gobierno en funciones fuerce al PSOE a posicionarse ya en el Congreso respecto de ese referéndum en Cataluña. Ojalá el desafio secesionista catalán hubiera tenido mayor protagonismo durante la pasada campaña electoral, asunto decisivo sobre el que los cuatro candidatos –incluido el de Ciudadanos pasaron prácticamente de puntillas. En cualquier caso, más vale tarde que nunca. Y un posicionamiento claro al respecto del PSOE y de Podemos es imprescindible tanto para evitar como para celebrar unas nuevas elecciones.

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