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Francisco Pérez Abellán

Enséñame los dientes

La deficiente atención de la salud dental ha dado lugar a un lucrativo negocio de oportunistas y a una sospecha de crimen organizado.

Pese a la dicotomía franquista, no hay delitos comunes y políticos. Todos los crímenes son políticos, como ahora se ve con claridad. Los últimos tienen que ver con la dentadura podrida de la democracia y las dentaduras dolientes de los españoles: "Enséñame los dientes que te desplumo", según "qué coño es la UDEF", se relaciona con Funnydent y Vitaldent.

La cosa parte de una deficiente política de cobertura sanitaria que siempre ha ignorado las composturas de la boca, a pesar de que cualquier médico sabe que son muchas las enfermedades que entran por ella. La deficiente atención de la salud dental ha dado lugar a un lucrativo negocio de oportunistas y a una sospecha de crimen organizado. El latrocinio en las franquicias o el fraude en el arreglo de las piezas dentales han provocado una enorme confusión y dolor en numerosos españoles afectados por la legislación inadecuada y en especial la escasa prevención del fraude.

Un individuo de origen uruguayo, con unas miles de pesetas, fundó una marca de atención dental de bajo coste y presuntamente a su alrededor puede haber montado una actividad ilegal de elusión del pago de impuestos y blanqueo de dinero. Durante mucho tiempo se ha extendido el franquiciado del negocio sin que nadie haya hecho nada. La UDEF, unidad de la policía contra el delito económico y fiscal, tuvo alertas hace tiempo pero la ingeniería financiera, que luego acaba sabiéndose que tiene el mecanismo de un chupete, impidió que se pudiera formalizar la denuncia. Y finalmente ha habido detenciones y escándalo por dos cadenas de clínicas con delitos investigados aunque de distinta naturaleza y tamaño. El colegio de odontólogos advierte de que todavía podría haber más.

Desde tiempos epicúreos las que viven de alquilar su cuerpo clasifican al personal por la naturaleza y estado de sus zapatos. Esto es así porque se supone que para salir de picos pardos uno se pone el mejor calzado. Sin embargo hay un método superior para descubrir quién dispone de parné y quién no. Se basa en mirar los piños al cliente, que con frecuencia tiene avería, o falta de incisivos y molares. Una mandíbula vacía o deshabitada como la de Alonso Quijano, con muelas viudas, anuncia males de estómago, aunque sea por efecto de una puñada. Las bocas de los españoles, hasta tiempos recientes, eran cuevas de oso en las que pocos se aventuraban. A pesar de eso nunca se ha considerado imprescindible, como lo es, que el repoblado de encías, implantes o dentaduras renovadas sea materia de primera necesidad. Siempre se considera políticamente más una cuestión estética que una necesidad urgente. Y sin embargo la boca, además de que afea y delata, produce infecciones y daños en órganos vitales.

Conscientes de ello, empujados a la mordida y acuciados por la necesidad de masticar, o quién sabe si de roer, los españoles se han entregado a las ofertas del chollo que ha crecido como hongos. Así, con Funnydent encontramos españoles sorprendidos con créditos por pagar y media boca sin piezas y con Vitaldent se ponen en alerta, dado que anuncian graves medidas para la cúpula directiva, con prisión sin fianza. En ambos emporios se sienten atrapados por doquier los necesitados del esmalte. Puesto que no se cubre la salud de la entrada al organismo como sí se hace con la salida, lo exigible es que al menos se ejerza vigilancia. Con este susto que todos nos hemos llevado al descubrir presuntos planes de blanqueo, inversiones millonarias, exigencias de caja B y quejas desatendidas se reclama acción preventiva para hincar el diente. La caries moral nos devora y junta nuestras mejillas como si quisieran besarse por dentro.

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