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Francisco Pérez Abellán

La del rodillo

Yo no encuentro otra explicación que el odio para este comportamiento tan despiadado.

Inma, una señora de 42 años, ha liquidado presuntamente a su pareja de la misma de edad, en Chiclana de la Frontera, de varios golpes con un rodillo de amasar mientras dormía. Al parecer se aseguró de la muerte con un cuchillo de cocina, pero no ha trascendido si lo utilizó para apuñalarle o le degolló con él. La noticia se produjo hace varios días y nada se ha dicho más allá de que la presunta homicida fue detenida por la Guardia Civil.

Ya decía Margarita Landi, la dama del crimen, que si discutías con tu esposa no te quedaras a dormir la siesta en casa, sino que te fueras al casino. Una de las historias más famosas de la Landi es aquella de la mujer que hirvió un puchero de agua y se lo echó por la cabeza a su marido cuando este se encontraba indefenso en brazos de Morfeo. La terrible agonía del abrasado por el agua hirviendo se prolongó durante varios días, mientras la carne se le desprendía de los huesos.

Inma es una señora que se distingue, al decir de sus amigos, por su amabilidad y dulzura. Siempre saluda con cariño y se muestra atenta. Lo cual es un comportamiento bastante usual en muchos casos de homicidas por sorpresa. No se conocen discusiones ni denuncias por violencia de género entre Inma, la Dulce, y su compañero Abraham, un tipo alto, y por cierto, también amable, que jamás dio espectáculo alguno. Simplemente, pasadas las siete y media de la tarde la señora llamó a emergencias diciendo que había discutido con su marido y que no sabía si él estaba herido. Esto adquiere su verdadero valor al conocer que yacía con la cabeza aplastada como una calabaza.

El hecho de que un asunto tan truculento como este haya sido tan escasamente seguido por la prensa y el info-show televisivo no es de ningún modo casualidad. Es una prueba más de que las informaciones son últimamente manipuladas y expurgadas en origen, lo que dice mucho de la escasa calidad del periodismo que sufrimos. Tengo en la memoria toda clase de chistes gráficos y dibujos de historietas con mujeres enarbolando el rodillo de amasar a la espera de sus parejas que vuelven achispadas de una juerga. Son imágenes célebres de los tebeos y las revistas satíricas. El rodillo de amasar es un arma terrible y contundente como el bate de béisbol o el palo de cricket. Forma parte de la memoria colectiva desde hace décadas. Tomado por el mango, el rodillo es una maza.

Seguro que Inma, otra vez dulce, ya le habrá explicado a la Guardia Civil los motivos del drama, aunque a los periodistas no les parezca ya interesante este momento. Abraham estaba indefenso, posiblemente dormido, según las conjeturas. De tal manera que será imposible aplicar el eximente de defensa propia, ni siquiera como atenuante, aunque a ella no se le olvidó decirle a los de emergencias que también había sufrido varios golpes. Inma es una señora entrada en carnes, fornida. Trabajaba de limpiadora de un hotel de Sancti Petri (Cádiz). Tiene dos hijos de 10 y 7 años con el muerto, que durante los hechos se encontraban con el abuelo paterno. De modo que estaban solos en la modesta vivienda unifamiliar de la Huerta del Rosario. Se dice que tenían problemas económicos, pero en mi opinión eso no explica que nadie vaya a la cocina a por el rodillo de amasar, convierta la cabeza del durmiente en una calle de Madrid con baches y vuelva a por el cuchillo para rematar la faena.

Yo no encuentro otra explicación que el odio para este comportamiento tan despiadado y ventajista, pero la sociedad de la desinformación sí parece tener asumidos motivos suficientes del crimen en pareja para no necesitar que se publiquen los detalles.

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