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Tres chirigotas y un coro para el carnaval español

El PP ha optado por no renovar nada y lo de Podemos en Vistalegre ha sido una chirigota por todo lo alto.

Lo de este fin de semana ha sido el no va más de lo burlesco, que es toda una categoría dentro de la política nacional desde 1812. Ya por entonces, el liberal pacense Bartolomé José Gallardo, que perdió su biblioteca al tener que fugarse de Fernando VII por el Guadalquivir en 1823, distinguía entre aritmética decimal y aritmética política. Y recogió en su Diccionario crítico-burlesco: "Los principios, o elementos de la Aritmética-política, son del todo contrarios a los de la Aritmética vulgar; pues en esta 2 y 2 son 4, y en la política no". Pues bien, estos últimos días han sido toda una lección de cómo tres partidos políticos, de los cuales uno gobierna España y los otros dos podrían hacerlo, retuercen el pescuezo de la aritmética elemental y 2+2 es lo que sea, menos cuatro.

Parece claro que el PP ha optado por no renovar nada, salvo menudencias. El mismo presidente, que confesó deseos de eternidad, lo dejó sentado. No hay que cambiar lo que funciona (no se acordó de los escaños que tuvo en 2011 y los que tiene ahora). Pero es que poco después se proclamaba a pulmón quitado que el PP era un partido totalmente renovado. Ya lo ven, 2+2 no son cuatro sino lo que decida el ábaco político de Rajoy. "Esto sí que es/ una chirigota", como aclaman en Cádiz a los héroes del Falla.

Lo de Podemos en Vistalegre ha sido una chirigota por todo lo alto que, además de 2+2 suma lo que nos salga de los intimísimos, utiliza el cambia-colore, una especie de magia, prosigue tal Diccionario, que se usa para decir hoy lo contrario de lo que se dijo ayer. Había que ver al respetable de la plaza gritando "¡Unidad, Unidad!", mientras brillaban las tres facas principales del festejo: la de Iglesias, la de Errejón y oigan, no lo olviden, la de los anticapis, que bordaron un quite, unidad con descabello. "Esto sí que es, /otra chirigota".

Y luego la Pasmá de Triana, la flagelada por el carnaval de Cádiz de 2017 con letras sin compasión, representando su comedia cosmopolita. Según otro diccionario previo al citado, el Razonado manual, cosmopolita era el "el que sin ser moro ni cristiano, francés, ni español, es del que le paga". Pues en el acto municipalista de Madrid, los cosmopolitas fueron legión, autobuses de por medio. Y su mensaje básico, que ella está animada, que tiene fuerza, que lo que le gusta es ganar. O sea, que sí, que sí, que no, que no, que a la Susana le da canguelo. 2+2 son lo que ella quiera. "Esto sí que es, peaso de chirigota".

Y los demás, todos nosotros, coro de los grillos que, cantemos lo que cantemos, incluso las cuarenta o a la luna, no podemos ser sino grillos de la desesperanza nacional, entonamos "Dios me oiga, y el diablo sea sordo y aquí paz y después gloria. Amén".

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