Colabora
Antonio Robles

Datos que desenmascaran la inmersión

Por fin la realidad se abre camino. A pesar de Pedro Sánchez y sus amigos supremacistas.

EFE

Ya lo podemos afirmar con datos científicos: la inmersión lingüística perjudica a los alumnos castellanohablantes. El estudio que ampara la afirmación se ha hecho sobre tres áreas cognitivas a partir de las resultados de las pruebas PISA 2015: Ciencias, Lectura y Matemáticas.

El documento, "Efectos de la inmersión lingüística sobre el alumnado castellanoparlante en Cataluña", explora los efectos en términos de equidad de la política de inmersión lingüística en catalán sobre los alumnos castellanohablantes.

Competencia en Ciencias: el alumnado cuya lengua del hogar es el castellano obtiene 10,85 puntos menos respecto a sus compañeros catalanohablantes, que no están sujetos a la inmersión. Recordemos que la afirmación de que todos los niños catalanes están inmersionados es falso. Sólo lo están los niños castellanohablantes y los inmigrantes, los alumnos catalanohablantes estudian en su lengua. Lo estarían si en las zonas catalanohablantes les inmersionaran en castellano, pero no es el caso. Lo cual demuestra la mala fe de la política identitaria nacionalista. La equidad, como vemos, se quiebra de entrada al aplicar un criterio étnico partidista.

En capacidad lectora, los alumnos castellanohablantes obtienen 10,30 puntos menos que los catalanohablantes, mientras que las diferencias en matemáticas se mitigan, al depender de un lenguaje formal específico donde las lenguas disminuyen su influencia. Nada nuevo que no hayan remarcado otros estudios realizados anteriormente por CCC o por sindicatos y asociaciones de profesores, todos independientes de la Consejería de Enseñanza de la Generalidad.

El informe resulta novedoso y necesario al dejar en evidencia a la Consejería de Enseñanza de la Generalidad, que a lo largo del tiempo se ha negado sistemáticamente a realizar estudio alguno sobre la inmersión. La razón de su negativa ha estado siempre inspirada en la voluntad de imponer el monolingüismo solo en catalán, amparándose en propaganda. De hecho, el informe ha dejado claro que la inmersión como política educativa de éxito no ha sido avalada por ningún estudio, y sí muestra que esa supuesta política de éxito se refiere a "objetivos políticos, no técnicos". Es decir, lo que sí está contrastado como política de éxito es la inmersión como instrumento de adoctrinamiento escolar nacionalista.

El informe, sin embargo, al estar determinado por el objetivo de identificar problemas de equidad a partir de hipótesis de posibles ganadores y perdedores, sólo demuestra que la política lingüística educativa de la Generalidad beneficia a los catalanohablantes y perjudica a los castellanohablantes, pero no va más lejos. Fuera se queda el adoctrinamiento, la política identitaria, la exclusión, el supremacismo enmascarado, el desprecio por la preparación ilustrada frente a la construcción de la identidad, y sus secuelas sociales, laborales y políticas. Por ejemplo, qué historia se estudia, qué incidencia tiene la ideología identitaria del profesorado, cómo puede afectar la atmósfera del procès que rodea a la escuela en la formación de los alumnos etc. Recordemos que el mayor porcentaje de partidarios del independentismo está en el profesorado (el 61%), frente a una media del 38 % del resto de profesiones. Un problema cuya causa está poco estudiada. Como la de los apellidos. En el Parlamento de Cataluña, la mayoría son apellidos catalanes, a pesar de que el más corriente de ellos, Vila, ocupa el puesto 26 de los apellidos más comunes de Cataluña. El primero de los cuales es García.

Las cosas están cambiando. Por fin la realidad se abre camino. A pesar de Pedro Sánchez y sus amigos supremacistas.

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