Lo más probable es que se reedite la coalición entre el PNV y el PSE, aunque la suma entre Bildu, Podemos y los socialistas permitiera la otra fórmula de gobierno.
Si Feijóo se quedara en el umbral de los 37 escaños, a un solo paso de la mitad más uno, el clamor unánime señalará a Casado como culpable de la hecatombe.
La sobreactuación sentimentalista en que los políticos se solazan haciendo uso espurio de las instituciones es una forma de ridículo hasta ahora reservada a repúblicas bananeras.