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Luis Herrero

Que viene el coco

La idea de que Vox es más peligroso para la democracia española que Podemos es un constructo falaz de la factoría social comunista.

La idea de que Vox es más peligroso para la democracia española que Podemos es un constructo falaz de la factoría social comunista.
La famosa 'foto de Colón'. con Abascal, Casado y Albert Rivera. | Archivo.

Después de anunciar a bombo y platillo que Iván Redondo, el gran chamán de las maquinaciones monclovitas, iba a aterrizar en la campaña de Madrid para llevar en volandas a Gabilondo, como hizo con Illa en Cataluña, la principal novedad en el discurso de Sánchez ha sido el aviso de que “hay que evitar que la foto de Colón se convierta en el Gobierno de la foto de Colón” el próximo 4 de mayo. Menuda novedad. Se trata de una advertencia apolillada, impropia de la eminencia gris que venía a darle un vuelco a las encuestas, pero indicativa de por dónde van los tiros en la estrategia del PSOE.

Tal parece, para empezar, que los cabezas de huevo de Ferraz dan por perdida la causa de Ciudadanos. ¿No habíamos quedado, tras el lío de las mociones de censura, en que estaban tratando de echarle una mano a Inés Arrimadas para salvarla de la extinción y poder acometer con su ayuda un desplazamiento hacia el centro que les permitiera ensanchar su base electoral? ¿A qué viene entonces la referencia a la foto de Colón? Recordarle a la izquierda aquella instantánea de las tres derechas no parece el mejor modo de legitimar al partido que Gabilondo ha señalado como aliado preferente para el asalto a la Puerta del Sol.

La única explicación razonable es que hayan perdido la esperanza de que la lista de Edmundo Bal supere la barrera del 5%. Algunas de las primeras encuestas sí que contemplaban la posibilidad de que pudiera conseguirlo, pero las últimas ya lo sitúan en el ostracismo extraparlamentario. Esas mismas apuestas señalan, además, que prácticamente ninguno de los antiguos votantes del partido centrista tiene intención de apoyar al PSOE. Casi todos han tomado la decisión de respaldar a Ayuso. En esas circunstancias, ¿qué sentido tenía para los socialistas seguir haciéndole guiños a una formación que no les puede aportar ni votos ni escaños?

Pero la referencia de Sánchez a la foto de Colón no solo permite pensar que Iván Redondo considera a Inés Arrimadas un cadáver político. También da a entender que da por perdidas las elecciones. El llamamiento al voto del miedo, a estas alturas de la película, solo puede surtir efecto en los sectores más cafeteros del universo podemita, donde hay dos marcas disputándose el honor de encaramarse al cajón de la tercera plaza, y aunque muchos de ellos decidieran cambiar de apuesta, la suma de los trasvases no alteraría el producto final. El bloque de la derecha, férreamente agrupado en torno a Díaz Ayuso, le saca diez puntos de distancia al de la izquierda. 

Decir que viene el coco no evitará la derrota socialista el 4 de mayo. Solo podría haberlo conseguido si los votantes de Ciudadanos, asustados por el crecimiento de Vox, hubieran tomado la decisión de apostar por Gabilondo para prevenir el peligro. Pero no lo han hecho. Casi todos ellos, según señalan con rara unanimidad las encuestas publicadas, han decidido migrar a las urnas del PP. Y es lógico. ¿Por qué debería asustarles más la radicalidad de Vox que la de Podemos? La idea de  que el extremo que encabeza Abascal es más peligroso para la democracia española que el que encabeza Iglesias es un constructo falaz de la factoría social comunista. Si Iván Redondo no tiene nada mejor de lo que echar mano es que ha dado la victoria de Gabilondo por imposible y solo juega a salvar los muebles con un resultado digno.  

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