Colabora
EDITORIAL

Contra Stalin no hay 'memoria democrática'

Millán Astray para esta izquierda nauseabunda, radicalmente inmoral.

Un partido de extrema izquierda ha colgado una enorme pancarta en el balcón del Ayuntamiento de Valencia. El texto era absolutamente insólito: "En defensa de Stalin". A esta frase se unía un retrato del criminal tirano comunista y símbolos de una estética inconfundiblemente soviética.

Más allá de la repugnancia que el acto genere en cualquier persona de bien, el asunto tiene varias aristas que conviene estudiar, siendo una de ellas la actuación del propio Ayuntamiento de Valencia, que no sólo toleró la asquerosa exhibición –o bien tuvo un fallo de seguridad imperdonable– sino que luego se ha abstenido de condenarla.

El Consistorio valenciano, gobernado por los ultras de Compromís, no ha sido el único, ni mucho menos, en mantener este lamentable silencio: nadie en la izquierda ha dicho que defender a Stalin no es admisible sino una abominable aberración. Este silencio y esta permisividad está alimentando un revival de lo peor de una de las peores ideologías totalitaria de la Historia, que ya no se molesta siquiera en disimular y es capaz de reivindicar a uno de los más horrendos asesinos a los que ha tenido que enfrentarse la Humanidad, capaz de una crueldad que muy pocos han sido capaces de alcanzar y cuyas manos se mancharon con la sangre de decenas de millones de inocentes.

Pero eso no parece problemático para la misma izquierda que, en lo que puede parecer una paradoja aunque en realidad no lo es, alardea de memoria democrática e incluso intenta imponer su indecente desmemoria histórica envolviéndose en los ropajes de una supuesta superioridad moral que, hechos cantan, se derrumba a las primeras de cambio.

Es una izquierda que se pone muy exquisita cuando en Madrid se devuelve al fundador de la Legión (y de Radio Nacional de España), José Millán Astray, la calle que se le arrebató ilegalmente en tiempos de la comunista Manuela Carmena, y que aun lamenta que se cumpla a esta respecto una sentencia judicial, pero no tiene nada que decir cuando en el ayuntamiento de la tercera ciudad de España se reivindica a uno de los peores criminales de todos los tiempos. Es una izquierda nauseabunda, radicalmente inmoral, enemiga jurada de la verdad y de las sociedades abiertas.

Temas

Ver los comentarios Ocultar los comentarios

Portada

Suscríbete a nuestro boletín diario