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Julio Calvo Iglesias

Nacer mujer

Después del impresionante trabajo de Pedro Sánchez y su ministra y de todo el dinero público empleado la situación de la mujer en España ha empeorado.

Después del impresionante trabajo de Pedro Sánchez y su ministra y de todo el dinero público empleado la situación de la mujer en España ha empeorado.
EFE

De antiguo se ha dicho que a la izquierda hay que juzgarla, eso pretenden ellos, por sus intenciones, por las que dicen que son sus intenciones, y no por sus hechos o, muchos menos, por sus resultados. La verdad es que muchas veces, analizando sus políticas, uno podría dudar de que sus intenciones sean realmente las que dicen tener, porque parece inevitable que los resultados vayan a ser otros distintos de los que pretenden, o dicen que pretenden. Pasa eso con sus políticas económicas, energéticas, educativas… Es una evidencia difícilmente rebatible que cada vez que han gobernado ha crecido el paro, la inflación, se ha deteriorado el nivel educativo, han crecido las desigualdades, se ha incrementado la delincuencia… Y lo mismo, aunque es mucho más difícil evaluarlo, ha pasado con los derechos sociales, aunque presuman de lo contrario.

Los derechos de las mujeres, esos de los que dicen ser abanderados, son un ejemplo paradigmático. Permítanme que analice, basándonos en indicadores fiables y en evaluadores imparciales, su situación en España. El Georgetown Institute for Women, Peace and Security elabora el índice Mujeres, Paz y Seguridad en el que mide varios parámetros: niveles de inclusión, brecha salarial, protección legal, ausencia de leyes discriminatorias y seguridad que ofrecen los distintos Estados a sus ciudadanas. Hay muchos más: Eurostat ofrece datos sobre la violencia contra las mujeres o la brecha salarial, que demuestran que, frente a la imagen distorsionada que venden de nuestro país, España está mejor en estos aspectos que otros más avanzados económicamente o que consideramos más respetuosos de los derechos civiles. No obstante, hay que seguir trabajando en esas y otras cuestiones, por supuesto que sí.

En el informe del Georgetown Institute correspondiente a los años 2017-2018 España aparecía situada en el lugar número cinco: era el quinto mejor país del mundo para nacer mujer. Seguramente lo era por ser también un buen lugar para nacer hombre y, en definitiva, para nacer, hombre o mujer. Observen la fecha: el 2 de junio de 2018 Pedro Sánchez accedió a la presidencia del Gobierno y poco después nombró a Irene Montero ministra de Igualdad. El feminismo ha sido una de las señas de identidad de este gobierno, que ha regado con abundante dinero público a entidades y asociaciones feministas. Muy recientemente Irene Montero ha anunciado un gasto de más de 20.000 millones para el Plan Estratégico de Igualdad, que pagaremos igualitariamente hombres y mujeres y, seguramente, considerando nuestro impresionante nivel de deuda, nuestros hijos e hijas, nietos y nietas, también igualitariamente. Pues bien, el último informe del Georgetown Institute 2019-2020, elaborado con la misma metodología y analizando los mismos parámetros, rebaja a España diez puestos, después del impresionante trabajo de Pedro Sánchez y su ministra y de todo el dinero público empleado. Ahora somos el decimoquinto mejor país del mundo para nacer mujer

Estos son los datos. Asistimos a un acelerado empobrecimiento colectivo que no distingue entre ciudadanos de uno y otro sexo, que querrían ver cómo se reduce, por ejemplo y entre muchos otros bienes de consumo, la factura de la luz, que esa sí sería una política eficazmente igualitaria.

Julio Calvo Iglesias es presidente del Comité Ejecutivo Provincial de VOX en Zaragoza

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