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Emilio Campmany

El PSOE o la sexta familia

El PSOE es así, el de Felipe González y el de Chaves, el Zapatero y el de Griñán, el de Zarrías y el de Sánchez. Todos son el mismo PSOE.

El PSOE es así, el de Felipe González y el de Chaves, el Zapatero y el de Griñán, el de Zarrías y el de Sánchez. Todos son el mismo PSOE.
Michael Corleone conversa con su padre, Vito, en una escena de El Padrino. | Archivo

Desde que se fundó, el PSOE ha sido una desgracia para España. Pero, por limitarnos a los últimos cincuenta años, recordar que tuvo durante la Transición un comportamiento mucho más irresponsable que el PCE. Tanta prisa tenía en alcanzar el poder, que no dudó en tratar con el golpista general Armada. Ya en la Moncloa, acabó con la división de poderes reduciendo parte del régimen de 1978 a democracia sólo aparente. Corrompió todas las instituciones que tocó y se propuso perpetuarse en el poder convirtiendo a España en una república bananera. Organizó con fondos públicos una banda terrorista que, con la incompetencia con la que el PSOE hace todo, atentó contra inocentes que nada tenían que ver con la ETA. Mientras mal soportaba los estertores del Gonzalato, el líder de la oposición sufrió un atentado del que salió milagrosamente ileso y que la ETA no podría haber cometido sin que alguien le suministrara información sobre el sistema de seguridad que protegía a José María Aznar. Cuando perdió el poder, Felipe González quiso que su sucesor fuera Almunia y, para que no fuera Borrell, le sacaron en El País sus corruptas andanzas de cuando fue secretario de Estado de Hacienda. Al final, se hizo con el partido el más solemne de los solemnes, una calamidad que deja en pañales a las siete plagas de Egipto. Para entregarse finalmente a un guaperas narcisista cuya mayor virtud es perseverar tanto más en el error cuánto más grave es. No sobra resaltarlo el día en que condenan a dos presidentes de la Junta de Andalucía y a otros socialistas por el descomunal latrocinio de los ERE. El PSOE es así, el de Felipe González y el de Chaves, el Zapatero y el de Griñán, el de Zarrías y el de Sánchez. Todos son el mismo PSOE.

Al partido socialista no le ocurre más que lo de siempre, que cuando percibe que va a perder el poder entra en pánico y empieza a hacer cosas más o menos estúpidas. Da risa ver como El País, que tanto tiempo lleva cobrando sustanciosamente sus servicios al PSOE, defiende los cambios introducidos por Sánchez en la cúpula diciendo que el presidente recurre a los pesos pesados del partido. Y resulta que deja en la secretaría de organización a un señor que se llama Santos Cerdán, que mantiene en riguroso secreto todo lo que ha hecho hasta ahora; coloca en la vicesecretaría general a María Jesús Montero, una inútil que Susana Díaz extraditó desde Andalucía para que no hiciera más daño; pone de portavoz a Pilar Alegría, que al menos sabe aprenderse de memoria las consignas que idea Félix Bolaños, y hace portavoz parlamentario al más ilustre de todos, a Patxi López, conocido como Patxi Nadie. Salvo Cerdán, todos fueron enemigos de Sánchez, lo que demuestra que, en su burricie, el presidente escucha los consejos que a Michael Corleone le daba su padre, don Vito: "ten cerca a los amigos, pero aún más cerca a los enemigos". No puede extrañar que, en una organización como el PSOE, los consejos más seguidos sean los de las Cinco Familias.

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