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Santiago Navajas

8.000 millones de personas

"Sostenible" y "cambio climático" son las dos excusas que usa torticeramente la izquierda para destruir los mercados libres.

"Sostenible" y "cambio climático" son las dos excusas que usa torticeramente la izquierda para destruir los mercados libres.
La plaza de Cibeles abarrotada. | Europa Press

El martes, 15 de noviembre, a eso de las 15.40 llegaremos a los 8 mil millones de personas. Para 2100, seremos 10.500 millones. La India superará a China como el país más poblado. Y todo esto son grandes noticias si extendemos la economía de mercado y las democracias liberales. Ya advertía Adam Smith de que: "Lo más decisivo para la prosperidad de un país es el aumento de su población".

Pero dicho aumento de la población está siendo usado por la izquierda para tratar de llevar a cabo medidas autoritarias en lo político e intervencionistas en lo económico con la excusa de que dicho crecimiento es insostenible y que, además, contribuye al cambio climático. "Sostenible" y "cambio climático" son las dos excusas que usa torticeramente la izquierda para destruir los mercados libres introduciendo planificación hipertrofiada estatal y vulnerando derechos fundamentales. El eufemismo con que disimulan su patológica pulsión de dominio es "Agenda 2030", que luego se extenderá a "Agenda 2050", "Agenda 2100", y así sucesivamente hasta que transformen el planeta en un erial y, efectivamente, no exista más problema de superpoblación ya que se habrá conseguido acabar con cualquier rastro de la especie humana.

Especie que se ha mostrado especialmente adaptable. Hace unos 40.000 años hubo un solapamiento entre cromañones, nuestros antepasados, y los neandertales, con los que compartimos el 99,7% de genes. Los neandertales eran más grandes y más fuertes, y tenían un cerebro tan grande o más que el nuestro, pero eran menos sociables, lo que les llevó a no poder adaptarse a los sucesivos extremos climáticos que se producían entonces. Hace 30.000 años, ya solo quedaba una especie humana en la Tierra, pero desde mucho antes el frío había diezmado a los neandertales.

Nuestros antepasados humanos sobrevivieron al frío. Y sobreviviremos al calor si se nos permite aplicar la misma inteligencia e imaginación que ellos manejaron para resolver sus problemas. No es el cambio climático el principal problema que hemos de afrontar, sino que nosotros somos nuestros peores enemigos porque podemos, con esa mezcla de superioridad moral e inferioridad intelectual que caracteriza a los enemigos de la libertad, impedir ideológicamente desarrollar las herramientas tecnológicas y los mecanismos institucionales para crear nuevos modos de sobrellevar el cambio climático.

Alimentos transgénicos, energía nuclear, motores cada vez más eficientes, nuevas técnicas de prospección de energías fósiles, sistemas más complejos de derechos de emisión de CO2, etcétera, son el camino para el mantenimiento de una sociedad que consume altos niveles de energía, reduciendo la emisión de contaminantes y acompasando el inevitable cambio climático a un ritmo al que nos podamos ir adaptando.

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