El último destrozo del Gobierno socialperroflauta hasta el momento tiene como marco de referencia el sistema de pensiones, una estafa piramidal que Sánchez va a mantener en pie a base de subir los impuestos a todos los trabajadores.
La izquierda tiene una preferencia temporal semejante a la de un adolescente de familia acomodada, por eso se niega a sacrificar parte del bienestar presente para garantizar la prosperidad futura, única manera de proteger la supervivencia de un sistema de reparto como el que opera en las pensiones públicas. En su lugar, el socialismo prefiere seguir cebando la bomba promoviendo alegres subidas de rentas a cargo de la España productiva, en lugar de hacer economías presupuestarias para compensar el exceso de gasto que supone el crecimiento constante del número de pensionistas. Estamos en un año de elecciones y de lo que se trata es de gastar todo lo posible redistribuyendo el producto de la rapiña entre el mayor número de beneficiarios en edad de votar.
La situación es preocupante, pero solo para aquellos que confían en el Gobierno para mantener un nivel de vida aceptable tras cumplir la edad de jubilación, convicción absurda donde las hay que, sin embargo, es asumida acríticamente por la inmensa mayoría de los trabajadores actuales. Para los que están dispuestos a hacerse cargo de su futuro sin depender de las dádivas del Estado, el desfonde del sistema de pensiones públicas es un tropiezo asumible que no tiene por qué afectar a su modo de vida tras la jubilación.
Las tensiones del sistema de previsión social, el vaticinio cierto de su implosión y la desfachatez con que la izquierda realmente existente exige la adoración al Estado a cambio de unas pensiones ridículas son elementos extraordinariamente educativos que, bien utilizados, pueden servir para que los jóvenes trabajadores abandonen el paradigma socialista y comiencen a responsabilizarse de su futuro.
La legislatura socialperroflauta que estamos a punto de superar, si Dios no se empeña en castigarnos de nuevo, está siendo un elemento de convicción muy importante para los jóvenes que comienzan su vida laboral. Con un ahorro mensual modesto pero constante y la magia multiplicativa del interés compuesto, cada uno puede hacerse con unos ahorros importantes para disfrutar cuando llegue la vejez, después de haber garantizado a sus hijos una formación exigente al margen de la mayoría de universidades públicas y sus títulos timbrados en papel mojado.
La desconfianza sistémica en la clase política y la búsqueda de la independencia económica tras la jubilación. Esos son los dos importantes servicios que Sánchez habrá rendido a los españoles cuando lo larguemos a su casa. Siempre, claro, que VOX y el PP no se empeñan en regalarle una legislatura más.