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Alonso Holguín

'Txapotear'

Tiempo queda poco para acabar y enviar al averno al gobierno de socialistas y podemitas, que han culminado los favores a los terroristas de ETA.

Tiempo queda poco para acabar y enviar al averno al gobierno de socialistas y podemitas, que han culminado los favores a los terroristas de ETA.
Pedro Sánchez y Marlaska, en el Senado. | Europa Press

Chapotear en el agua de los charcos es un recuerdo de la infancia. Infancia tierna, comienzos del colegio. Aún recuerdo vivamente –desconozco el motivo–, el detalle de la maestra en primero de parvulario, cuando la lluvia había escampado y nos dejaban salir al patio:

—No piséis en el agua.

Una vez de vuelta al aula, de pie junto a la pared, comprobación si la puntera del calzado estaba húmeda o seca. En el primero, síntoma de un próximo resfriado; en el segundo, felicitaciones. La maestra acertaba siempre, como si fuera nuestra madre.

Podríamos escribir miles de folios sobre la calamitosa acción de gobierno de Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Cienes de miles. Tendríamos razón en todos y cada uno de los párrafos. La culminación de su desastrosa "política" –me gusta más denominar "traición"– tuvo lugar el pasado día 24 de marzo.

El día 24 de marzo de 1973 se perdió la pista a tres trabajadores gallegos que habían emigrado a San Sebastián y cruzado la frontera de Francia para ver El último tango en París. Tres muchachos con nombre, apellidos, familia y amigos. Tres hombres cuya memoria hemos de conservar en la retina, labios, oídos de los malhechores que nunca han asumido el asesinato ni devuelto los restos mortales a sus familias. Humberto Fouz Escobero, 28 años; Jorge García Carneiro, 23 años; Fernando Quiroga Veiga, 25 años. Secuestrados al ser confundidos por policías españoles en un bar del sur de Francia. Allí, desgraciadamente, se habían congregado unos cuántos asesinos. Les torturaron –según confesó un etarra llegaron a sacarles los ojos con destornilladores–, asesinaron y ocultaron sus cadáveres. Los etarrras han guardado silencio, ocultado la autoría y, además, NUNCA han revelado el paradero de sus cadáveres. ¿Se puede ser peor persona?

Persona. Una persona, criatura, ser humano, debería demostrarse por medios científicos y acreditarse como tal. Aun con ello, muchos dudamos de la coincidencia en la misma especie, como es el caso. De tamaña sinvergonzonería, el fulano presidente se hizo con los servicios para su puta causa de un individuo flaco, delgado, con aspecto enfermizo, quien no ha mejorado con los años de servidumbre al lado del mal.

Mal ha sucumbido un fulano insano en aspecto, digno de tratamiento largo, prolongado, duradero en el tiempo; de incierta curación, en definitiva. El tránsito de la toga a la poltrona le hizo mal, tanto mal, que resulta casi imposible reconocer a quien persiguió a asesinos etarras con éste, quien concede beneficios y favores penitenciarios. Si no bastara con ello, cesó en el destino a varios coroneles por no "bailar el agua" a los políticos y preservar la ley e investigaciones, según marca la ley. Pedro necesitaba un cómplice, un manobra, alguien con un aura de luchador y una bajeza moral, cuando no ausente. Y lo encontró para hacer favores.

Favores penitenciarios entregados a los segundos más miserables de la especie humana que transitan por nuestro hermoso país llamado España. Esta rendición empezó con el inefable José Luis Rodríguez Zapatero –recordemos con nombre y apellidos para dejar constancia en la historia–, negociador de hoja de ruta con los elementos terroristas de ETA. Ese itinerario jalonado con acosos, extorsiones, secuestros, asesinatos, éxodo de vascos, españoles en definitiva, quienes huyeron de las provincias vascongadas para intentar salvar pellejo, familia e inciativa empresarial. El punto de inicio de dicha rendición comenzó en la primavera de 2003 y se hizo pública el día 11 de marzo de 2004. La novela Quinta estación, Infierno (Amazon) relata hechos, situaciones que, casualemente, desembocaron en la actual rendición a ETA. Ojo, la casualidad no existe.

No existe, "ETA no existe", dicen a los cuatro vientos desde la izquierda política. "ETA se disolvió", comentan los malditos abertzales. Sin embargo olvidan "resolver" temas pendientes, asesinatos sin conocer autoría; muertos que desaparecieron de la vida y cuyas alimañas asesinaron sin dar la oportunidad a sus familias y amigos de dar sepultura. El penúltimo dirigente de ETA se integró en la dirección de la formación SORTU, que está integrada en EH Bildu. Por tanto, diferenciar a ETA de SORTU y EH Bildu es imposible.

Imposible era superar los "viernes de mierda" que el gobierno de socialistas y podemitas inauguraron a lo largo de la legislatura. Imposible imaginar la finalización de la traición del PSOE a las Víctimas del Terrorismo. Imposible esperar el cumplimiento íntegro de las condenas, la reparación del daño causado, la asunción de las indemnizaciones y devolución de los costes en las condenas; complicado imaginar el pago de las indemnizaciones por los terroristas y las Obligaciones voluntarias (Amazon) establecidas en las sentencias, ya a las víctimas, ya al estado español. ¿Imposible?

Imposible se queda corto cuando los etarras asesinos y secuestradores son puestos en libertad porque no hay "sitio" en los establecimientos penitenciarios de las provincias vascongadas, al obtener el segundo grado penitenciario. Imposible no existe en España, es cuestión de tiempo.

Tiempo queda poco para acabar y enviar al averno al gobierno de socialistas y podemitas, que han culminado los favores a los terroristas de ETA. Favor a Javier García Gaztelu, alias Txapote.

Chapotear, Txapotear, han chapoteado –txapoteado– sobre los charcos de sangre, cimientos de la democracia en España. Gritemos a una voz:

—Socialista, ¡que te vote Txapote! —empezando por los concejales, alcaldes, comunidades autónomas y gobierno en España.

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