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Enrique Navarro

Ucrania: la famosa contraofensiva que nunca llega

Mi impresión es que Ucrania no dispone de fuerzas ni reservas suficientes para un gran éxito militar, por lo que debemos buscar en esta contraofensiva una ganancia parcial.

Mi impresión es que Ucrania no dispone de fuerzas ni reservas suficientes para un gran éxito militar, por lo que debemos buscar en esta contraofensiva una ganancia parcial.
Militares ucranianos en Bajmuten | Europa Press

Todos los indicios y declaraciones de ambas partes contendientes, coinciden en señalar que algo ha cambiado en el curso de la guerra y que las próximas semanas pueden decidir el curso de la guerra para el resto del año. Pero debemos tener dos cosas claras: la contraofensiva no significará el final de los combate ni la paz, y que es muy posible que si las acciones ucranianas no consiguen el resultado esperado, la situación podría tornarse peligrosa para Kiev en los próximos meses.

Desde que Rusia voló la presa cerca de Jerson, todas las acciones de Moscú sobre el terreno tienden a impedir esta contraofensiva, dando numerosos palos de ciego. Los aviones de combate rusos están bombardeando toda la línea del frente de mil kilómetros con los escasos recursos de que disponen, y se ha volado una segunda presa al sur de Zaporiya donde se concentran más fuerzas ucranianas. Rusia ahora está a la defensiva, sin saber muy bien por dónde vendrá el grueso del ataque ucraniano.

Ucrania sigue en la fase de preparación para la ofensiva. Las escasas ganancias territoriales no anuncian un gran cambio cualitativo, pero los ataques a las líneas de retaguardia rusas y a las vías férreas tienen el claro propósito de impedir los grandes movimientos de tropas rusas hacia el lugar por donde se decida romper el frente. Todavía se está preparando el escenario.

Mi impresión es que Ucrania no dispone de fuerzas ni reservas suficientes para un gran éxito militar, por lo que debemos buscar en esta contraofensiva una ganancia parcial. ¿Qué puede significar esto para Ucrania en términos de victoria?

Ucrania necesita ganar algo significativo, ya sea alcanzar Mariupol, que ya parece un objetivo muy complejo pero posible, o cruzar el Dniéper cerca de la frontera de Crimea o romper la línea al norte del Dombás. Una ganancia suficiente que convenza a Occidente de que Rusia no puede vencer. Una situación que disuada a un potencial presidente republicano en la Casa Blanca de buscar una involución en el conflicto. Una situación que asegure a la comunidad occidental que Ucrania puede aguantar y derrotar a medio plazo a Rusia si la ayuda militar continúa.

Ucrania no puede pretender una derrota rusa sin aviación de combate, sin más vehículos blindados y artillería y sin mucha más munición y tropas entrenadas. Estas victorias parciales que conseguirá le permitirán a Ucrania llegar al otoño en una situación más ventajosa y esperar a la próxima primavera mientras que se refuerza con los F-16 que acabarán llegando a finales de este año. Cada vez más esta guerra se parece a las del siglo XVII en Europa, estacionales, con escasos periodos de combates y muchos meses de tranquilidad.

Los movimientos de ambas partes en las últimas cuarenta y ocho horas confirman que el ataque sería hacia el sur, hacia Berdiansk y Melitopol, cortando la comunicación por tierra entre Rusia y Crimea y dejando aislados a un buen número de tropas rusas en una zona de 20.000 kilómetros cuadrados que solo tendrían para huir Crimea y el puente que la une a Rusia, una única arteria demasiado débil para mantener Crimea unida a Rusia.

El problema ucraniano es que cuando descubra sus cartas puede caer bajo la gran potencia de fuego rusa desde tierra, mar y aire, y esto podría llevar al traste con una gran ofensiva. El elemento sorpresa será definitivo unido a la rapidez. Si Ucrania quiere una ventaja significativa en el territorio debe conseguirla en tres días a lo sumo, el coste de recuperar pueblo a pueblo durante semanas será insoportable para Ucrania.

El peligro fundamental es que un fracaso podría llevar al convencimiento a Rusia de que una vez exhausto el ejército ucraniano, podría aprovechar para una nueva ofensiva en la que podrían obtener ganancias muy considerables. Todavía le quedaría todo el verano a Rusia para contraatacar. Así que Ucrania tiene dos opciones: o la gran contraofensiva no existe o es algo relámpago que consiga cambiar el curso de la guerra, y para ello los carros de combate y la artillería serán los elementos definitorios.

Las tropas ucranianas están a 120 kilómetros de sus dos ciudades objetivos en el sur y sobre todo alcanzar el mar de Azov un objetivo alcanzable si consiguen romper la línea del frente y poner a los rusos en estampida, ya lo hemos visto antes. Desde ahí con los drones submarinos puede poner en vilo la comunicación por tierra con la península anexionada en 2014.

Con unas fuerzas rusas muy deterioradas desde Bajmut, con el grupo Wagner en retirada táctica, Ucrania debería poder conseguir una superioridad de 5 a 1 sobre el terreno en algún punto para ser exitosa, difícil sin duda, pero quizás no haya otra oportunidad.

Ahora más que nunca Occidente debe apoyar a Ucrania frente a la agresión totalitaria y expansionista. El esfuerzo debe duplicarse, sobre todo con la munición que es fundamental para mantener la tensión en el frente. Los aviones de combate, drones, sistemas de defensa antiaérea, misiles etc. siguen siendo muy necesarios y escasos todavía.

España, sin duda debe hacer más, nuestra aportación es escasa y debería incrementarse con más munición, carros de combate y artillería de 155 mm. El nuevo gobierno debe entender que la Unión Europea, la OTAN y la supervivencia de nuestro modelo de vida están en riesgo y no podemos mirar hacia otro lado o mirar de reojo, solo para convencernos a nosotros mismos de que estamos haciendo algo, cuando más bien es muy poco.

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