
De momento el quebrantahuesos ibérico parece salvado de la extinción a que parecía abocado, pero la difusión de los ejemplares jóvenes por el llamado "corredor ibérico" que conecta diferentes sierras desde el Pirineo hasta Andalucía, ha quedado frenado por el peligro de choque con los molinos de los parques eólicos. Algo sin precedentes.
Porque hasta el momento nuca se había reconocido que los molinos eólicos pudieran presentar un riesgo muy probable de accidente para este tipo de aves, y es especialmente grave que quede frenado un proyecto financiado por Europa dentro del Programa Life y en una reserva de la Biosfera.
De manera que no se podrán liberar quebrantahuesos juveniles en las zonas más importantes biológicamente del Pirineo aragonés y las sierras adyacentes. Por insólito que parezca, no se han despertado protestas indignadas de las ONGS interesadas por la ornitología.
La interrupción de este proyecto revela claramente la incompatibilidad entre los grandes parques eólicos y las rutas de las aves protegidas. La ausencia de quejas por parte de la mayoría de los naturalistas que deberían poner el grito en el cielo, en el cielo enmarañado por las aspas de los molinos, no puede explicarse salvo por la adoración ciega al mito de la emergencia climática.
Buena parte de las sierras aragonesas y de las zonas montañosas vecinas que conectan en la práctica para las grandes voladoras el sistema ibérico con las montañas calizas andaluzas a través del Maestrazgo, formando el llamado "corredor ibérico", están siendo progresivamente inutilizadas para sus funciones ecológicas en aras a la obtención de energía de interés y distribución más que discutible.

Si a la proliferación de bosques eólicos añadimos el crecimiento de las "huertas solares", formadas por infinidad de espejos que inutilizan las tierras no sólo para la agricultura, sino también para el pastoreo y el tránsito de la fauna silvestre, la situación conduce de manera inexorable a un mundo rural inexistente y progresivamente abandonado por la población.
Adiós al turismo rural y también al cultural en general; no sólo convertiremos la naturaleza en desiertos tecnificados en tres dimensiones, sino que eliminaremos cualquier posibilidad de establecer rutas de turismo artístico, ya que para alcanzar objetivos interesantes en las rutas de la arquitectura de nuestro pasado histórico no habrá que atravesar zonas pintorescas, bellas y pobladas, sino reflectantes desiertos de espejos con sus fronteras erizadas de bosques de molinos.
Llaman a esto energías limpias, como si no hubiera que contar en la economía de los resultados de su supuesta huella de carbono, los grandísimos costes de la construcción de semejantes monstruos de la tecnificación, también los que implicará su desmontaje cuando se vuelva a la cordura y resulte imprescindible dar marcha atrás en este proceso de destrucción de la naturaleza.
La supresión de los estudios de impacto ambiental
Muy recientemente la Guardia Civil y la Fiscalía alzan sus voces en contra de algunas de las licencias concedidas en el Pirineo aragonés para la construcción de plataformas eólicas y solares: seguramente llegan demasiado tarde, como revela la detención del programa Life para la difusión del quebrantahuesos.
La supresión de la obligatoriedad de los estudios de Impacto Ambiental, necesarios para las obras que pudieran afectar a la naturaleza española antes de que el ministerio de la Sra.Teresa Ribera los aboliese, es una de las causas de que estén proliferando semejantes desmanes. El quebrantahuesos, y su presencia en las zonas alteradas por la instalación de parques para la electrificación, hubiera implicado, con su valor faunístico, un freno para las autorizaciones que ahora se impugnan, freno impedido por la descabellada disposición del "Ministerio Ribera".
Los estudios de Impacto Ambiental, antes preceptivos, implicaban también una democratización de las autorizaciones para proyectos de consecuencias ambientales, ya que entre los factores de discusión de la idoneidad figuraba la opinión de los habitantes de la zona, que son quienes de forma más inmediata se ven afectados por ellos.
Empresarios que ya han realizado inversiones en turismo rural o artístico, ganaderos expulsados de sus terrenos o de los pastos de su ganado por las construcciones industriales y, sencillamente, habitantes de los pueblos condenados a la despoblación por alcaldes cortos de visión que venden el bienestar de sus vecinos por mucho menos de un plato de lentejas. Antes, todos ellos habrían tenido ocasión de opinar. Ahora no, Señora Ribera.
Mientras discutimos, la supervivencia del quebrantahuesos, el ave de mayor envergadura de la fauna española con perdón del buitre negro, su competidor en este sentido, ve frenadas sus posibilidades de reconquistar viejos territorios perdidos , cuando el aval europeo parecía apoyar los proyectos para favorecerla.
¿No quieren fantasmas terroríficos para Halloween? Pues aquí tienen uno: los mitos sobre la emergencia climática.
