Menú
Pablo Molina

El zurderío tiembla con Milei

Si lo dejan gobernar, el cataclismo liberal puede acabar afectando a todo el continente, para desgracia de las clases extractivas marxistas.

Si lo dejan gobernar, el cataclismo liberal puede acabar afectando a todo el continente, para desgracia de las clases extractivas marxistas.
Javier Milei. | EFE

Gran sorpresa en las elecciones presidenciales argentinas, en las que el candidato peronista ha salido derrotado sin contemplaciones. El hecho adquiere mayor relevancia puesto que el vencedor no es un peronista moderado, lo que hubiera resultado aceptable a ojos del resto del mundo, sino un tipo ajeno al cotarro que pretende poner en marcha toda una revolución liberal para que a la Argentina, como dijo el filósofo, "no la reconozca ni la madre que la parió".

La reacción del pueblo argentino al dar su apoyo masivo a Javier Milei ha dejado sin palabras a la izquierda sudamericana, que quedará reflejada en el espejo de sus latrocinios e incompetencia a poco que las recetas liberales del nuevo presidente argentino comiencen a dar sus frutos. La liberalización de la economía y la privatización de los mastodontes estatales que actúan en régimen de monopolio son dos de las primeras medidas que el flamante presidente quiere poner en marcha tan pronto llegue a la Casa Rosada. Esas dos decisiones son capaces de generar un torrente de sinergias cuyos beneficios van a ser palpables en la sociedad a muy corto plazo, lo que permitirá a Milei avanzar progresivamente en su agenda de reformas. Si lo dejan gobernar, el cataclismo liberal puede acabar afectando a todo el continente, para desgracia de las clases extractivas marxistas que lo mantienen en la miseria y para sus pares a este lado del Atlántico, que cobran por promocionar a los regímenes izquierdistas de unos países a los que no se trasladarían ni locos, porque dentro del capitalismo se vive muy bien.

La carraca podemita no se ha significado mucho en sus ditirambos apocalípticos tras la derrota del mayordomo de los Kirchner, porque bastante tiene aquí con lo suyo. Fuera del Gobierno y de la política española y, encima, un 20 de noviembre, ironías de la Providencia que nos permiten seguir conservando la fe a pesar de Bergoglio. No han hablado mucho al respecto pero les ha jodido, claro, de eso no hay la menor duda.

Y más que se va a fastidiar no solo a la cuota chavista arraigada en nuestros país sino, en general, el zurderío de m… (Milei dixit) que opera en el resto del mundo. Milei está solo, que es como mejor se puede llegar al poder en un país como Argentina, expropiado por el matrimonio más ladrón de la historia mundial y su banda de aluniceros del presupuesto. No será tarea fácil, pero a su favor tiene un arma definitiva: sus ideas funcionan y las del zurderío de m…, no. Se trata tan solo de echar a andar y de introducir poco a poco medidas que abran Argentina al mundo y permitan operar con libertad al enorme caudal de talento de aquella sociedad.

La victoria de Javier Milei es más importante de lo que muchos quieren pensar. No solo se trata de salvar a un país como Argentina, un fin en sí mismo que justifica todo el esfuerzo, sino de introducir en la política mundial un elemento disruptivo en defensa de la libertad, que puede cambiar definitivamente el tablero socialdemócrata en el que todos juegan porque nadie, hasta Milei, se había atrevido a destrozarlo de una patada.

Temas

En Internacional

    0
    comentarios