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Antonio Robles

Por fin Europa abrirá los ojos ante la inmersión

Por fin el "relato" lastimero nacionalista de una lengua perseguida ha devenido tan falso como su actual avalador, Pedro Sánchez.

Por fin el "relato" lastimero nacionalista de una lengua perseguida ha devenido tan falso como su actual avalador, Pedro Sánchez.
Mensajes excluyentes en la concentración de la plaza de San Jaime | EFE

¡Qué destino más triste el de España! ha tenido que venir una delegación del Parlamento Europeo para decir alto y claro lo evidente: "La Escola catalana no integra, asimila". Cuarenta años nos ha costado que denuncien desde fuera, lo que dentro nos han negado. Por fin el "relato" lastimero nacionalista de una lengua perseguida, ha devenido tan falso como su actual avalador, Pedro Sánchez. Ni el catalán está perseguido, ni la inmersión es un modelo de éxito, ni se respeta la lengua española como herramienta docente, ni se cumplen las sentencias judiciales que abalan el mísero 25%, ni los padres que lo exigen son respetados, pero sí acosados. Así lo ha constatado en rueda de prensa la presidenta de la Comisión Europea, Yana Toom tras la inspección de tres días de la Comisión del Parlamento Europeo a la escuela catalana.

No es de ahora, venimos denunciándolo desde 1981 cuando publicamos el manifiesto, "Por la igualdad de derechos lingüísticos en Cataluña", con el de 1994, "En Castellano también, por favor", desde la asociación de madres contra la inmersión (CADECA) en 1993, con la "Caravana por la Tolerancia Lingüística" en 1995, que recurrió toda España durante un mes para denunciar la exclusión negada por los nacionalistas y ocultada por los medios. Infinidad de actos, quejas, recursos, siempre silenciados, hasta lograr una eclosión de organizaciones cívicas que acabaron cristalizando en la constitución de Ciudadanos en 2006. Y mientras se nos negaba el pan y la sal en Cataluña y nos criminalizaban como fachas, en el resto de España nos ignoraban.

Todo inútil, ni el gobierno nacionalista de la Generalidad respetó nunca los derechos civiles de los castellanohablantes, ni los gobiernos de España pusieron freno al atropello. Dependían del chantaje nacionalista que garantizaban sus gobiernos. La lengua y los derechos civiles de sus hablantes siempre fueron moneda de cambio. Hasta hoy, cuando los desvelos de nuevas madres conjuradas tras la Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB), encabezadas por su presidenta Ana Losada, organizaciones como Docentes Libres, de Carlos Silva, o cívicas como Impulso Ciudadano, de Pepe Domingo, más las delegaciones de C´s, del PP y Vox en el Parlamento Europeo han logrado desde 2017 presionar a Europa para que fuera posible comprobar in situ por una delegación de 12 parlamentarios europeos (con la espantá de los socialistas a última hora y la inclusión de ERC) los atropellos en la escuela de la Generalidad de Cataluña. Todo un hito, que nunca se hubiera logrado a decir de Ana Losada, "sin el valor de unos padres sin recursos para enfrentarse a Goliat en defensa de sus hijos". Como Javier Pulido, Agustín Fernández, Jordi López o Dafne Ungerer.

Pero más allá de la épica que toda lucha librada en desigual batalla inspira, ya no es sólo la injusticia de la exclusión y su incidencia en la calidad de los resultados académicos de una parte de la población excluida, son también las consecuencias negativas que provoca en toda la comunidad escolar. Una vez más, el informe PISA de 2022 publicado hace unos día deja a la escuela catalana como la peor de España. Y esto es un doble crimen: racismo cultural y timo educativo. A pesar de tales evidencias, nada mueve a las autoridades políticas y académicas a emprender estudios serios de la incidencia de la inmersión en los malos resultados académicos, ni a cuestionar la filosofía educativa basada en la descalificación del esfuerzo, el desprecio por los contenidos y el mérito, la sacralización de las emociones frente a la razón y la ciencia, o la nula disposición a educar a los alumnos en su propia responsabilidad.

Ni les interesa, ni quieren, porque la tragedia educativa de Cataluña no está en sus malos resultados (esos se pueden corregir si nos atenemos a los problemas) sino en la ideología nacionalista empeñada en construir una escuela que formatee cualquier sentimientos cultural, nacional y lingüístico distinto al que quieren imponer. Por eso insisten en una escola catalana en llengua i continguts para crear una nación propia con una sola lengua. A las dificultades de estudiar en una lengua distinta que traes de casa, se une la desafección a una escuela nacionalista donde no se sienten tratados como iguales ni integrados. Si no se parte de esta anomalía política, cualquier especulación o estudio serio están destinados al fracaso.

Ni es la falta de presupuesto, ni es la inmigración per se el problema, sino la ingeniería social que convierte a los inmigrantes (nouvinguts) en seres defectuosos que deben ser moldeados y aseados cultural y lingüísticamente. Como parten del dogma que la lengua catalana es la única lengua escolar, es decir la única herramienta lingüística docente, lo primero que hacen es recluir en "aulas de acogida" a los recién llegados. Estas aulas de acogida tienen la misión de enseñarles la lengua catalana. Hay que dejar la impronta desde el primer momento, que la única lengua que rige en Cataluña es el catalán.

Lo que podría ser un incentivo para salvar la incomprensión inicial, se convierte en un cepo. Sobre todo para los niños hispanoamericanos, que podrían empezar en el curso adecuado a su edad y capacidad, pero como en ellas solo se enseña catalán, pierden incentivos, y a menudo, se sienten humillados por percibir que el entorno educativo desprecia la lengua en que podría desplegar su capacidad.

Si consideramos que la mayoría de estos niños son de extracción económica humilde, a menudo de familias desestructuradas y escasa autoestima en su nuevo entorno socioescolar, el resultado es estancamiento y fracaso. Muchos de estos niños pierden un curso entero sólo por aprender catalán, y en un tanto por ciento muy elevado, al no superar el nivel lingüístico exigido, siguen un curso más en esas aulas de acogida perdiendo por completo el nivel educativo que deberían tener a su edad.

PD: Hoy Pedro Sánchez ha venido a fichar con Pere Aragonés y cumplir con nuevos aranceles. Entre otros, ya le ha exigido el que nos ocupa, el lingüístico. O sea, impunidad para discriminar. Además del Referéndum, la pasta y el rosario de la abuela. Antes ha asistido a una entrevista masaje con Jordi Basté en RAC1. Toda en castellano, pero a nuestros hijos en la escuela, ni agua. El nacionalismo le adora, lo cuida. Mala cosa.

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