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Pablo Molina

Nuestro empleado Almodóvar

Los cineastas están encantados con un sector que trinca cada año 170 millones en subvenciones y vende sus productos por valor de 80 millones nada más.

Los cineastas están encantados con un sector que trinca cada año 170 millones en subvenciones y vende sus productos por valor de 80 millones nada más.
Pedro Almodóvar. | David Alonso Rincón

La retransmisión de la Gala de los Premios Goya estuvo a la altura del evento, que este año estuvo animado por una presentadora que ha dejado una profunda huella entre los espectadores de la cadena por su elegancia en el eructo y su riqueza léxica al referirse a los genitales. Hacía falta una animadora sociocultural de ese nivel para no hacer de menos a un espectáculo en el que un grupo de septuagenarias y homosexuales especulaban sobre el número de felaciones realizadas en sitios públicos o el tiempo que hace que una de ellas, algo decrépita, no se come una "goya".

Pedro Sánchez anduvo por allí, claro, porque en España no había asuntos más graves que atender desde su particular punto de vista. Los narcos del Estrecho acababan de asesinar a dos guardias civiles que se enfrentaron a ellos en una barca hinchable, la dotación de reglamento con la que Marlaska ha decidido que se combata a los traficantes que vienen de Marruecos, pero ese es un asunto menor que el presidente despachó con un tuit en el que lamentaba —atención— "profundamente", la muerte (no el asesinato) de los dos agentes. Sobre la Gala de los Goya puso tres mensajes en la misma red social, lo que da una idea del marco mental del personaje y de su escala formal de prioridades.

Sánchez es un icono para mucha gente, qué duda cabe. La enviada especial de RTVE a la gran gala, de hecho, es una fan incondicional del presidente, al que llamó "icono" a gritos bruñendo así la pátina de elegancia e imparcialidad que la cadena pública imprime a todas sus producciones. En todo caso, una televisión pública que elige una canción titulada Zorra para acudir a un certamen internacional tiene que tener entre sus empleados a gente como la citada presentadora si quiere mantener el nivel.

Total, que los Premios Goya no defraudaron. No lo han hecho nunca, es cierto, pero la degradación intelectual de los personajes que dicen representar al cine español es ya una cosa hasta violenta y no tiene visos de que la situación se vaya a revertir. Al contrario, los cineastas están encantados con un sector que trinca cada año 170 millones en subvenciones y vende sus productos por valor de 80 millones nada más. Es decir (Almodóvar, presta atención), los actores, directores y demás profesionales del cine español necesitáis que todos los españoles os paguemos el doble de lo que recaudáis, porque con el dinero de taquilla no cubrís ni la mitad de sus sueldos. Hombre, no nos insultes encima.

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