
Esto se ha acabado. Lo único que resta esperar ahora es que transcurran los preceptivos minutos de la basura previos al anuncio oficial de disolución de las cámaras. Y es que, obtenida una amnistía de máximos y con la Generalitat otra vez al alcance de su mano, la derecha independentista catalana carece de incentivos suficientes para continuar sosteniendo en Madrid a un Ejecutivo de las izquierdas españolas. Simplemente, no tendrían casi nada que ganar —pero sí bastante que perder— en el supuesto de seguir garantizando la gobernabilidad a Sánchez durante el tiempo teórico que queda de legislatura.
Al cabo, la clientela electoral de Junts per Catalunya, y dejando al margen la cuestión nacional, resulta ser muy similar a la propia del PP en los otros territorios ricos de la Península. También ellos vehiculan la representación política de unas nuevas clases medias cada vez más individualistas y refractarias a sostener con impuestos altos unos servicios públicos que en gran medida ya no consumen, al proveerse en el mercado privado de, sobre todo, la sanidad y la educación. Significativos a ese respecto fueron los grandes aplausos que cosechó no hace mucho Díaz Ayuso en su intervención ante un nutrido foro de empresarios locales en Barcelona.
Llegados a este punto, procede ir olvidando de una vez el argumento del referéndum. Porque, en este muy preciso momento, el referéndum no constituye un objetivo a corto plazo para ellos. Y no por razones internas españolas, sino por el clima de tensión bélica que se vive en el contexto internacional. Los separatistas no son ingenuos y saben bien que la única posibilidad de lograr la separación sería que las grandes potencias que mandan en Occidente obligaran a España a aceptarla por la fuerza. Y eso no podría ocurrir jamás en un marco de tensión militar extrema entre la OTAN y la Federación Rusa. O sea, con un entorno exterior como el de ahora mismo, con el régimen de Zelensky a punto de caer en Ucrania y los tanques occidentales dudando si entrar en combate. Lo dicho, esto se ha acabado.
