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Perico el Bulos

Si Sánchez y sus socios están a un lado de la democracia, en la acera de enfrente hay una multitud mucho más numerosa, a la que va a ser imposible someter.

Si Sánchez y sus socios están a un lado de la democracia, en la acera de enfrente hay una multitud mucho más numerosa, a la que va a ser imposible someter.
Pedro Sánchez. | LD

Total, que aquí andamos en la profesión de "contar y cantar las verdades del barquero", que decía aquél, azacanados ante la regulación del sector que pretende imponer el Gobierno para ensanchar nuestra democracia, engrandecer la libertad, acabar con los bulos, gripar la maquinaria del fango y poner a los medios que no sean de izquierdas fuera de la ley. Es el muro que anunció Sánchez cuando ganó la investidura gracias al apoyo de sus socios. Ellos están en el lado bueno y todos los demás en el bando oscuro, donde se ponen en práctica las operaciones injuriosas diseñadas por la internacional de la ultraderecha y los poderes oscuros para convertir la política en un lodazal.

Es asombroso que un argumento tan imbécil haya calado en parte de la sociedad, pero ese es, grosso modo, el esquema que maneja nuestro Sánchez y aplaude su corte de lacayos, bien nutrida pero de ningún modo mayoritaria. De hecho, si Sánchez y sus socios están a un lado de la democracia, en la acera de enfrente hay una multitud mucho más numerosa, a la que va a ser imposible someter o encarcelar aunque solo sea por falta de espacio físico para internar a tanto delincuente potencial.

Por otra parte, si Sánchez pretende perseguir a los que esparcen bulos debería ordenar de inmediato al Fiscal General del Estado su propia detención, porque ningún otro político en la historia reciente del planeta Tierra ha mentido tanto y de manera tan grave como él. De hecho, tan solo podría disputarle el título de Fabricante Mundial de Bulos aquel ministro de defensa de Sadam Hussein, que, cuando los carros de combate americanos se paseaban por Bagdad y la gente derribaba las estatuas del dictador, decía en la radio que tenían al ejército del gran Satán copado y a un paso de negociar su rendición. Sadam tenía su Sánchez y nosotros al nuestro, más fecundo que aquel porque lleva bastantes más años ejerciendo esa habilidad.

Sánchez dio inicio a su cruzada contra los medios que no le convienen, saldada en primera instancia con un fracaso con escasos precedentes. En primer lugar, a la convocatoria del acto de desagravio a Begoña solo acudieron unos pocos miles de jubilados trasladados a Ferraz en autobús. Pero es que ni siquiera la prensa izquierdista se ha tomado en serio la catilinaria de Sánchez contra los bulos, y todos los comentarios de sus periodistas de referencia han consistido en reírse de la ideíca del personaje. Pongan La Sexta un rato (si se atreven) y verán qué cachondeo.

A estas alturas, las cosas de Sánchez solo las toman en serio sus ministros y tres o cuatro webs ultraizquierdistas financiadas por la publicidad institucional que les facilitan los gobiernos locales y autonómicos de derechas, sin los cuales no podrían existir. Esto último no hará reflexionar a Núñez Feijóo sobre el grado de inteligencia de los políticos de su partido en materia de medios de comunicación, porque en el PP entienden que su primera obligación es salvar a la izquierda con el voto y el dinero de la derecha. Y eso no es algo que vaya a cambiar en el futuro cercano.

El presidente sigue con su matraca y así se lo ha hecho saber a los militantes de su partido, a los que ha enviado una carta muy bonita reivindicando los grandes valores del PSOE desde su fundación. Y tiene razón, porque no hay nada más coherente con la historia del PSOE que acabar con la prensa libre, como está tratando de hacer él en estos momentos. Pedro el Bulos es socialista de estricta observancia y justo es reconocérselo. Mientras tanto, y por si acaso, habrá que ir previendo formalizar un cambio de sexo. De esta forma, si un día nos encarcelan, al menos estaremos en un ambiente más entretenido.

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