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Agapito Maestre

¡El impulso Milei!

Tengo la sensación de que ayer asistimos a una sesión seria en el Parlamento. Hubo, al fin, Oposición.

Tengo la sensación de que ayer asistimos a una sesión seria en el Parlamento. Hubo, al fin, Oposición.
Alberto Núñez Feijóo durante su intervención ante el pleno del Congreso este miércoles. | EFE/ JJ Guillén

La política nacional está hoy menos bloqueada que ayer. Hay salidas. Todas dependen de la Oposición. Feijóo y Abascal hicieron ayer en el Congreso de los Diputados genuina Oposición. El Gobierno quedó varias veces fuera de juego. Resultaba patético ver al presidente del Gobierno envuelto en sus mentiras y enredos. Sus balbuceos populistas nos hacían sonrojar de vergüenza ajena. ¡Sánchez hablando de educación! De risa. No se diga que lo de ayer en el Congreso fue una sesión de trámite. Hubo algo más que Palestina, Argentina y Begoña Gómez. Eso sería el resumen que haría un mal periodista sin intención, sin cintura y muerto de miedo por que no le llamen radical. Ayer hubo muchas cosas nuevas. Los tonos, los estilos y los argumentos de la Oposición fueron distintos. Les parece poco.

Feijóo no sólo le tiene tomada la medida a Sánchez, sino que ayer parecía impulsado por todo lo que sucedió en Vista Alegre… ¿Cómo no va a influir en el otro partido democrático, o sea en el PP, que VOX concentrará en su mitin de Carabanchel representantes políticos europeos de gran entidad electoral y, sobre todo, cómo no va a tener en cuenta el recadito dejado por Milei para que PP y VOX dejen de odiarse mutuamente y se enfrenten al monstruo totalitario del socialismo? No nos hagamos los ingenuos. Feijóo tiene espolones de gobernar en solitario en Galicia, pero sabe que eso ya no es posible en una España fragmentada por su propia derecha. Feijóo y Abascal está obligados a entenderse por el bien de la democracia. También Abascal cambió sus formas y fondos; estuvo en su sitio y mostró algunas contradicciones inadmisibles entre el PP y los socialistas europeos, pero no recargó las tintas con el rollo de la "derechita cobarde".

La Oposición no se refociló, pues, en lo fácil y fue al grano. Las preguntas sobre las conexiones entre los negocios de la esposa de Sánchez y el gobierno de España fueron más que pertinentes, necesarias para darle continuidad a la democracia. Feijóo fue implacable al trasladarle a Sánchez algunas de las cien preguntas que le han enviado sobre los negocios de su mujer: "¿Le consta que su mujer tiene la condición de investigada o no?", "¿sabía que su mujer recomendaba empresas contratistas de su Gobierno?"; por supuesto, ha resaltado que, al margen de lo que digan los tribunales, la actuación de Begoña Gómez "no es ética ni estética".

Tengo la sensación de que ayer asistimos a una sesión seria en el Parlamento. Hubo, al fin, Oposición. Argumentaron con precisión y objetaron con perspectiva democrática. Hubo, sí, genuina argumentación contra un gobierno de tintes totalitarios. El Gobierno salió bastante peor de lo que entró. Perdió en todos los frentes. Feijóo seguirá la batalla en defensa de la democracia en todas las instituciones y con movilizaciones en la calle y, sobre todo, ayer hizo hincapié en algo fundamental que los acomodaticios de Génova 13 olvidan frecuentemente: Sánchez es un perdedor. Feijóo le ha ganado todas las elecciones a Sánchez desde que es responsable del PP. Eso, sí, tan sencillo debe repetirse una y otra vez hasta que los españoles lo aprendan de carrerilla. Números y argumentos permanentemente contra el totalitarismo sanchista son las formas clave de hacer Oposición.

Porque no cayeron en las mamarrachadas de Sánchez, la Oposición consiguió hacer visible el denominador común de todas las actuaciones de Sánchez: matar la política y poner el Estado entero a su servicio.

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