"Nominalistamente nos vamos al carajo". El tuit lo publicó Jorge Bustos y adjuntaba un vídeo de la comparecencia en el Senado —el pasado miércoles 4— de la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Son 24 segundos: "Está publicado, con sus puntos y sus comas y lo que dice el acuerdo es lo que dice el acuerdo no lo que cada uno creamos que dice el acuerdo. Usted puede utilizar nominalistamente las expresiones que quiera. Pero, lo que dice el acuerdo es lo que dice y lo que no dice el acuerdo, como usted decía, no lo dice".
Nominalistamente nos vamos al carajo. pic.twitter.com/MkVma1xC3o
— Jorge Bustos (@JorgeBustos1) September 4, 2024
Escuchándola recordé el lamento de Maite Rico en una reciente tertulia con Federico Jiménez Losantos: "Mira, yo no sé, porque luego son tan buenos en la propaganda…". En el Gobierno y en el PSOE, a la que te descuidas te salta un propagandista que ríete tú de Willi Münzenberg o Ángel Herrera Oria. La portavoz Pilar Alegría destaca por una agudeza fingida que desconcierta a propios y extraños. Esther Peña, epítome semanal del sanchismo, insemina de bulos las ruedas de prensa en Ferraz y Pachi ‘Nadie’ López convertido en un repositorio de sofismas. ¿De verdad creen ustedes que esta tropa tiene pensamiento autónomo?
Condición necesaria para que Sánchez te moje la oreja es concederle la condición de infalible estratega y táctico audaz. Así te chuleará con tu beneplácito. Marca la agenda política y dispone de resortes de poder. Esa es su ventaja. De este y de cualquier otro presidente. Al gobierno de turno le desgasta lo sustantivo (que suelen ser las cosas del comer), sus errores y el aburrimiento de los ciudadanos de ver siempre al mismo (lo llaman ciclo). Pese a las manifestaciones multitudinarias convocadas en su contra, Zapatero ganó las elecciones de 2008. Abandonó el barco en 2011 porque no hay publicista ni baraka que te salve si no sabes gestionar la crisis económica que se lleva por delante tu país.
El presidente del Gobierno está enredado en la madeja sin cuenda de su ambición. Va de lío en lío. ERC le exige una foto para adornar su apoyo a Illa y Sánchez se persona en la Generalitat —el pasado 24 de julio—. El mero anuncio de la visita provoca que Junts tumbe el techo de gasto y paralice la tramitación de los Presupuestos de 2025. "Me ha dicho María Jesús (Montero) esta mañana que lo tenían atado. Bolaños se ha enterado de que no en la reunión en la que estábamos. Es una hostia para el Gobierno". El ministro Urtasun compartía el desconcierto. ¿Creen ustedes que esto es una muestra de capacidad táctica y control de los tiempos? En la negociación del CGPJ Bolaños ha perdido por goleada. Recuerden las amenazas y valoren el resultado.
Un Gobierno son sus Presupuestos, no sus declaraciones y sin aquellos, estas son palabrería. El resumen publicado por los servicios de prensa de La Moncloa sobre la presentación de la nueva temporada sanchista en el Instituto Cervantes —el pasado día 4— es una retahíla de propósitos. Ni una sola medida concreta. Al día siguiente, Pablo Iglesias lo resumía en su DiarioRed: "De todo lo que dijo Sánchez ayer en el Instituto Cervantes, el 80% sabe que nunca lo va a hacer y el otro 20% sabe que no sirve para nada. No tiene mayoría parlamentaria para aprobar prácticamente nada".
El 10 de julio de 2021 el diario del régimen titulaba: "Euforia en el PSOE por la salida de Iván Redondo". Tres años después, con el partido hecho trizas y Ábalos emboscado, Sánchez contrata al miniyo del exgurú monclovita. Después de este nuevo movimiento audaz, le oyeron canturrear: "Un maligno como yo no cuenta lo que siente, lo siento, pero ahora lo que siento es lo siguiente" (la adaptación rapera de Just the Two of Us que el doctor Evil canta en La espía que me achuchó, la segunda película de Austin Powers).
El miniyo se llama Diego Rubio, no tiene carné de rojo y es un superviviente de los lumbreras con los que Redondo iluminó el Edificio Semillas. Pese a su edad es "un académico con visión estratégica de futuro". En círculos bien informados cuentan que su elección fue un descarte. Preocupados en el gabinete presidencial por anticiparse al futuro, pensaron ofrecerle el puesto a un profesional de reconocido prestigio. Parece que dudaron entre Rappel y la bruja Lola (por eso de la cuota femenina), pero terminaron desechando la idea.
A Rubio, su jefe Iván le nombró director de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia. Fuera del mundo de lo paranormal eso de la prospectiva es un "alomojó", como diría el guiñol de Zaplana. Coordinó un documento de 678 páginas titulado España 2050 y hay que reconocerle que es un señor pulcro; entre el centenar largo de expertos que participaron no figuran ni Pepe Álvarez ni Unai Sordo. Sánchez lo presentó como "el primer ejercicio colectivo de prospectiva estratégica" y mintió. Ustedes no se acordarán… pero el 7 de mayo de 1987 Alfonso Guerra anunció el Programa 2000. El PSOE quería definir un horizonte tendencia en lo político, económico y cultural. "Un intento de prospección de una realidad cambiante". La vida del Programa 2000 fue breve, como la de España 2050. Unas presentaciones y a la papelera. Lugar donde, de descuidarse, terminará "el académico" Rubio. Rodeado de pirañas.
La cara de Diana Morant (ministra y miembro de la ejecutiva socialista) es el mejor resumen del Comité Federal del PSOE. No es fácil estar casi 30 minutos sonriente detrás del líder y recomponer el gesto tras cada una de las trece interrupciones (13) con aplausos. En tres de ellas, el respetable puesto en pie. Allí se va a sonreír, aplaudir… a "soñar y a ser optimistas" como manda el jefe.
No hay lamentos que valgan. Recuerden la Primera Filípica de Demóstenes: "Comenzad, ciudadanos de Atenas, por no desesperar de vuestra situación, no obstante su tristísima apariencia; porque la causa misma de vuestras desgracias anteriores es el mejor motivo de esperanza para el porvenir. ¿Sabéis por qué? Porque solo vuestra extremada negligencia, ¡oh atenienses! ha producido vuestros males". Avisados estamos.