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Lo de Errejón

Me cuesta mucho creer que, si Íñigo Errejón es un machista depravado, nadie se hubiera dado cuenta hasta ahora en su entorno político.

Me cuesta mucho creer que, si Íñigo Errejón es un machista depravado, nadie se hubiera dado cuenta hasta ahora en su entorno político.
Íñigo Errejón. | Europa Press

Empiezo este artículo igual que el último que aquí escribí: las casualidades existirán, pero yo no creo en ellas. Me cuesta mucho creer que, si Íñigo Errejón es un machista depravado, nadie se hubiera dado cuenta hasta ahora en su entorno político, tan dado a fiscalizar y castigar inquisitorialmente, con ferocidad y con escarnio, cualquier atisbo de abuso heteropatriarcal. O "neoliberal", como curiosamente se acaba de definir el mismo Errejón en un tuit autoinculpatorio digno de Bujarin.

Yo, tras un ciclo político intenso y acelerado, he llegado al límite de la contradicción entre el personaje y la persona. Entre una forma de vida neoliberal y ser portavoz de una formación que defiende un mundo nuevo, más justo y humano.

Por Dios. Digo, por Marx: ¿qué entenderá este hombre por "una forma de vida neoliberal"? Miedo da pensarlo. Aunque para escribir un tuit así, a Errejón lo que le tiene que dar miedo en serio es el contraataque de los estalinistas de Podemos contra los trotskistas de Sumar —¿o era al revés?— , ahora que la estrella roja de Yolanda Díaz palidece peligrosamente en el cielo de la Pedrostroika. Hay kremlinólogos que dicen que el mayor error histórico de Pablo Iglesias fue precisamente dejar "vivo" a Errejón. De sabios es rectificar. Teniendo en cuenta de lo que ha sido acusado ahora este, y a través de qué medios, la trazabilidad de la bala está clara. Así lo ha entendido el fusilado el primero, poniendo pie en paredón sin ni intentar discutir los cargos. Asumiendo todas sus culpas de leso feminismo. A ver si hay suerte y con su salida con deshonor de la política ya no le buscan las cosquillas judiciales como harían con "neoliberales" de otros partidos.

Todo este tiempo aguantando lecciones, insultos y hasta escraches de gente más lista, prepotente y arrogante que nadie que, o bien no se enteró de lo que pasaba en sus propias bancadas, o peor, sí lo sabía, pero lo tapaba. Hasta que por razones de guerra interna ha interesado destaparlo. Eso es lo que parece deducirse de las informaciones que van saliendo. Si hace años que había quejas contra Errejón, ¿por qué hasta ahora no se divulgaron y atendieron?

Hay niveles de hipocresía, de maldad incluso, con los que no conviene frivolizar. O traicionar tus ideas y prevalerte de tu cargo para abusar sexualmente de alguien es imperdonable, o no lo es. Y si es algo imperdonable, más aún si lo hace uno de los "nuestros" que uno de los "otros", que por eso se les planta cara, ¿no? ¿O era por otra cosa? Porque siendo desdichadamente habituales las dobles varas de medir en política, hay gente que se lleva la palma. Que el autoproclamado mayor referente del feminismo ibérico sea una señora que llegó a ministra por la vía conyugal tiene su guasa. Debería estudiarse en algunas Facultades. Igual que el discurso del feminismo de ultraizquierda sobre las violaciones de Hamás o las lapidaciones en Irán.

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