La encuesta de GAD3 que publicó ayer el diario ABC debería hacer reflexionar al presidente popular sobre las consecuencias de protagonizar acercamientos a las ideas socialistas, como ha ordenado hacer recientemente al PP. Los resultados del referido estudio siguen siendo buenos para los populares, que podrían gobernar con el apoyo de Vox en unas eventuales elecciones generales anticipadas, pero reflejan un acusado descenso de la intención de voto respecto a la anterior consulta de la referida firma demoscópica y suponen un serio toque de atención que los dirigentes de Génova harían mal en obviar. Y es que, aunque Núñez Feijóo podría llegar a La Moncloa sin necesidad de buscar pactos estrafalarios, el PP estaría ahora casi cuatro puntos por detrás del anterior sondeo, lo que implica un descenso hasta los 147 diputados frente a los 165 le otorgaba esa misma encuesta en marzo de este mismo año.
El primer beneficiario de este batacazo de los populares sería Vox, que experimentaría un fuerte ascenso por primera vez desde que los de Abascal impusieron su estrategia de ruptura con el PP. El partido conservador subiría casi dos puntos y mejoraría el resultado electoral del 23-J, aumentando en 16 diputados respecto a la encuesta del pasado mes de marzo hasta llegar a los 40 escaños, siete más de los que tiene en estos momentos.
El varapalo al PP coincide con su estrategia de acercamiento a las ideas socialistas, que no otra cosa es el famoso "giro social" anunciado por los archimandritas de Génova como si acabaran de descubrir una nueva teoría política, lo que ha provocado un fuerte rechazo en el votante medio liberal-conservador. En unos momentos en que el Gobierno social-comunista amenaza con hacer saltar por los aires los últimos resortes de la democracia y el sanchismo se hunde en la ciénaga de su propia corrupción, resulta de una gran estolidez copiar el ideario ultraizquierdista con la pretensión de hacer el partido más simpático a la sociedad. La encuesta de GAD3 parece confirmarlo.
En realidad, lo que reclama la mayor parte de la sociedad española es acabar con el Gobierno y poner en marcha una profunda regeneración política, social y económica, algo que solo se puede llevar a cabo rechazando de plano las ideas socialistas, tan del gusto de una parte nada desdeñable de la dirigencia popular. De momento ya tienen un primer resultado de ese giro social(ista): cuatro puntos y 18 diputados menos, todo un batacazo que debería hacer reflexionar incluso a los cerebros de Génova, habitualmente tan refractarios a los intereses de su base electoral como deseosos de hacerse perdonar sus ideas por la izquierda, cuanto más extrema, mejor.

