El pasado lunes 18 de noviembre se inauguró en Bilbao un monumento a las Víctimas "del terrorismo y la violencia política", que incluye una placa con un listado de nombres de las víctimas nacidas o asesinadas en Bilbao. ¿Y las demás?
No es de recibo.
El "matiz" de violencia "política" es absolutamente INACEPTABLE. "Reventar los sesos de alguien" para conseguir tus fines no es política. Es… otra cosa.
Además, para explicar mi ausencia y la de mi familia (amén de la de otras víctimas como nosotros que comparten sin fisuras mi posición) voy a exponer brevemente el contexto en el que se ha perpetrado todo:
El Parlamento Vasco aprobó la Ley 12/2016 de 28 de julio, de reconocimiento y reparación de víctimas de vulneraciones de derechos humanos en el contexto de violencia de motivación política en la Comunidad Autónoma del País Vasco entre 1978 y 1999.
Ya el título, con su coletilla —"contexto de violencia de motivación política"— es más que indicativo de por dónde van los tiros (si se me permite la expresión).
En ésta ley y en otras precedentes (2011, 2012, 2015) se reconocen también como víctimas de violencia injusta a personas que han sufrido torturas, abusos policiales y daños infligidos por otros grupos a partir de 1960. Y se reconoce su derecho a la memoria, verdad, justicia y reparación a la vez que se insta al Gobierno Vasco a propiciar las medidas oportunas en esa dirección.
No obstante, encubiertos en tan bonitas palabras, en la práctica política real y concreta, tras años de ignorarnos y despreciarnos olímpicamente (a las víctimas de ETA), se dan pasos que están muy lejos de tenernos en cuenta DE VERDAD. Lo que pretenden es "pasar página cuanto antes" de algo que a muchos les resulta incómodo.
Repito la palabra: incómodo, no indignante e inaceptable (y por tanto algo a combatir sin "tibiezas" ni filigranas lingüísticas).
Así pues, en la filosofía subyacente en todo el proceso de gestación de éste Monumento no ha habido ni hay la menor intención de denunciar la JUSTICIA PENDIENTE con las víctimas de ETA. Todo lo contrario: es evidente la elusión de ésta "patata caliente".
Más allá de todo eso, el hecho de que el monumento haya sido inaugurarlo "como si no pasase nada" mientras se están excarcelando a asesinos no arrepentidos no hace sino acentuar nuestro rechazo frontal a la forma como se pretende "reconocernos".
Por todo lo anunciado, al igual que en su día hicimos con el acto de la colocación de una placa individual en memoria de nuestro padre, y por la misma razón, nos desmarcamos del acto de la inauguración del Monumento celebrado en Bilbao este pasado día 18 de noviembre.
Podemos asegurar que al hacerlo compartimos el sentir y la posición de la inmensa mayoría de las víctimas.
Respetar y preservar la memoria de las Víctimas del Terrorismo es por supuesto necesario (imprescindible). Pero, tal como ya manifestamos en su día, sin claridad (respeto escrupuloso a la verdad histórica) y SIN JUSTICIA es, cuando menos, claramente insuficiente.
Así lo expresamos cuando se planteó el tema de la placa en memoria de nuestro padre: todo lo que no sea poner en primer plano y en el centro el ESCANDALOSO DÉFICIT DE JUSTICIA QUE SIGUE PENDIENTE con respecto a las víctimas de ETA (y actuar con firmeza y coherencia al respecto) está PERVERSA E INTERESADAMENTE INCOMPLETO. Por tanto, nos desmarcamos absolutamente de cualquier acto que no responda a una filosofía clara, coherente y firme en éste sentido.
Más aún: la causa de las Víctimas del Terrorismo, como es archiconocido, se resumen en 3 palabras: VERDAD-MEMORIA-JUSTICIA.
Éstas 3 palabras están intrínsecamente unidas y su núcleo es el de la JUSTICIA. Esa es la gran palabra que lo resume todo y de la que emanan las demás. Obviar hasta qué punto sigue pendiente (358 asesinatos de ETA sin resolver) no es de recibo.
En la actual situación —viendo cómo desde el Gobierno central (con la complicidad imprescindible de algunos gobiernos autonómicos) se actúa en relación a nosotros de una manera vergonzosa e indigna, se nos ESCATIMA LA JUSTICIA QUE SE NOS DEBE y se pisotean nuestros más elementales derechos—, no estamos para ciertos "reconocimientos" que obvian ésta realidad básica.
¿MEMORIA? ¡Naturalmente!
¿VERDAD? ¡Por supuesto!
¿JUSTICIA? ¡Muchos seguimos esperándola! Y sin ella no hay nada que nos sirva ni nos "reconforte".
Para "abrazos cariñosos" ya tenemos a la familia y amigos.
Y, desde luego, si es para escamotear u obviar la JUSTICIA PENDIENTE (¡escandalosamente pendiente!), no los queremos.
Lo que queremos de todos los poderes públicos es que luchen sin desmayo por esa JUSTICIA PENDIENTE. Lo que incluye obviamente la investigación de los numerosos casos sin resolver y el cumplimiento de las penas que algunos "se han ganado a pulso" por sus indignos crímenes fría y premeditadamente calculados (¡no lo olvidemos!).
Todo lo que no sea esto no sólo no es algo que nos pueda "reconfortar o reparar", sino que es UNA BURLA hacia nosotros (los supervivientes) y hacia los asesinados.
Todo lo intolerable que no se combate con firmeza y determinación absoluta hasta sus últimas consecuencias está condenado a repetirse.