
Vivo en un mar de contradicciones. Ajenas, no propias. Alrededor de mí hay tantas y tantas dudas. Fichajes que llegan durante siete años y aparecen al octavo. Equipos que hay que quemar y luego ganan la Champions una y otra vez. Entrenadores que se llevan echando más de una década y ahí siguen, compitiendo y callando bocas. Jugadores que jubilan a los que les jubilan. Etc etc etc. Claro, viendo el panorama, me encuentro inquieto, pero más por pereza que porque me afecte. Ahora bien, a día 9 de diciembre, yo me hago una pregunta: ¿Pero no había que jubilar a Griezmann y echar al Cholo Simeone?
Lo bueno de todo esto es que aunque me dé pereza lo dicho anteriormente, ya estoy acostumbrado. Hace tiempo que me licencié en la universidad de NICA. Ni caso les hago. Y no por nada, ya que cada opinión es respetable, pero es que la experiencia me dice que las veletas no son fiables. Repasemos lo que sucedía no hace mucho tiempo. No hace falta irse a galaxias muy muy lejanas o años atrás. Hace un mes se decía lo siguiente: "Fin de ciclo. Hay que echar a Simeone", "Griezmann debe jubilarse" o, mi favorita de siempre, "si el Atlético quiere crecer debe echar al Cholo o irse él". Eso pasó hace nada. Nueve victorias consecutivas después, Cholo y Griezmann aún en el Metropolitano, los comentarios han pasado hoy a esto: "El Atlético puede ser campeón". Las veletas de Oklahoma cuando hay tornados se mueven menos.
Repito. Estoy confuso. ¿Pero no había que echar a Simeone y jubilar a Griezmann? De verdad, hablando totalmente en serio, imaginad hacerle caso a esta gente. Te vuelves loco. Como loca se volvió anoche la afición del Atlético de Madrid con un partidazo en toda regla ante el Sevilla y con una remontada que levantó a todo el Metropolitano de sus fríos e invernales asientos. Además, pese a esos tres grandes errores defensivos que costaron un 1-3 en contra, el cuadro colchonero jugó muy bien y dominó durante todo el encuentro, no solo con la épica por bandera.
En dicha hazaña, sobresalió de nuevo la figura de Antoine Griezmann. Sí, sí, el jugador viejo y ya sin fuerzas que había que jubilar. Ese, ese. Pues bien, yo propongo otra cosa. ¿Y si os jubiláis vosotros? Porque entre Griezmann y vosotros, yo me quedo con el ‘7’. Dos goles anotó el astro francés y fueron el 2-3 y el 4-3. Tantos clave que demuestran una vez más que Griezmann está más cerca de la jubilación de otros que de la suya propia. Paso datos de Griezmann para que los que le querían jubilar maten el tiempo en el hogar del pensionista o en su centro de jubilados personal. Antoine lleva 9 goles y 6 asistencias en 22 partidos. Son 14 tantos generados en 22 encuentros. ¿Jubi qué?
Griezmann brilla y sin duda el Atlético está en un gran momento. Ya no negocia escenarios ni rivales. De Paul es el mejor ejemplo y los demás han sabido seguir el paso que marcó Giuliano Simeone cuando todo pintaba mal. Por eso el Cholo sonríe, porque se ha pasado de ver intensidad en la mitad de la plantilla a ver a todo el equipo matándose a correr. Tácticamente se encontró el camino, por supuesto, pero el mejor Atlético del Cholo depende de la actitud. Y el peor Atlético del Cholo ha estado cuando no había esa actitud. No le den más vueltas. No giren como veletas. Es de primero de Atlético de Madrid. Si los 11 titulares y 5 suplentes del Atlético corren, no 2, 5 o 7, el cholismo funciona. No tiene más. La tierra es redonda y el cholismo funciona si se corre. Punto. Fin del debate.
Por cierto, hablando de lo que hay que hacer, me centro en Samu Lino. Lo que hizo anoche Lino, que seguramente lo hará Riquelme porque es un gran jugador, es coger un mal momento y darle un patadón directo a la red rival. Golazo en el 3-3. Eso es lo que se pide a un jugador del Atlético. Ni más ni menos. Si no estás bien, banquillo, y cuando te toque, demostrar que te vas a ganar el puesto otra vez. Si haces eso, no serás una ONG sino el club grande que eres. Y si mantienes esa dinámica en todo el equipo, algo bueno caerá. A todo esto me congratula ver que Simeone mantiene el discurso. Ni buitres ni sirenas. Nunca le ha hecho bien al Atlético hacer caso a los consejos de expertos de otros equipos y el Cholo lo sabe. Bratislava y nada de escuchar falsos cantos marítimos.
Para terminar, me gustaría destacar el gran homenaje del arbitraje español a la reapertura de la Catedral de Notre Dame. El colegiado Alberola Rojas y su equipo en el VAR decidieron no pitar el claro penalti a Gallagher con 2-1. Un penalti bastante más grande que la catedral parisina. Gran homenaje aunque muy poco profesional. Menos mal que había otro francés para arreglarlo. Au revoir.