
Los milagros no existen sin fe. Si no se cree en ellos rara vez ocurren. Pero lo del Atlético no es, como dice la RAE, "un hecho no explicable por las leyes naturales que se atribuye a un intervención sobrenatural". Lo del Atlético se puede explicar estando una noche como la de ayer en el Metropolitano. ¡Qué estadio, madre del amor hermoso! Allí no hay intervenciones divinas sino divinas intervenciones. Allí los milagros se pueden explicar por la ley natural de una afición que, aunque con la boca diga que no se puede para así llamar al antigafe, sigue tirando de coraje y corazón para no moverse de la butaca y seguir apoyando. Y cuando encima tienes un equipo y un entrenador que, equivocándose o no en su idea, no dejará de creer, el resultado del milagro se llama Atlético de Madrid.
Milagros en Lourdes... o en el Metropolitano de Julián Álvarez. Así se podría definir de manera metafórica lo que pasó anoche en Madrid. Porque aparte de todo lo que he dicho anteriormente, el 19 argentino es otra de esas divinas intervenciones que explican la remontada de ayer jugando con 10 casi una hora. No había un fichaje mejor para el Atlético de Madrid. Lo dijo Giménez: "Si alguien que ha ganado todo, Mundial, Champions, Premier etc etc etc llega aquí y no para de correr... Esa es nuestra fuerza". Ahí está la clave. Si el que más ha ganado del Atlético es el que más corre imaginen lo que van a pelear los que aún quieren ganar todo lo que Julián ya tiene. Parafraseando a un gran amigo mío llamado Daniel: "Hablemos de los goles de Julián Álvarez".
Julián mediante, los milagros hay que buscarlos y ya no es casualidad que el Atlético de Madrid y el Metropolitano puedan disfrutar de ellos. Nadie se sentó ante el Leverkusen esperando que sonara la flauta. Nadie bajó los brazos cuando la noche pedía hacerlo. Incluso aunque la cabeza te dijese que remontar era imposible, siempre se huele un poco de esperanza en el Metropolitano. Siempre lo he dicho. Lo decía en el Vicente Calderón y lo digo ahora en el nuevo hogar colchonero. Los rojiblancos pueden estar enfadados con su equipo, cerca de la resignación y abatidos en la grada, pero dales un balón dividido ganado con coraje y el estadio va a creer que se puede vencer incluso a la muerte. Dales un Giuliano y un Julián. Con eso les vale.
De verdad, quiero felicitar mucho al Metropolitano. Muchísimo. Supo jugar el partido. Pitó cuando el plan inicial era para pitarlo, no se puso a pitar con 10 y 0-1, que era lo fácil, y entendió cómo llevar a los suyos en todo momento. De 10 el público jugando el partido con la inteligencia que demandaba el choque y que seguramente pedía el Cholo Simeone. Eso sí, creo que toca añadir a la celebración y a la felicidad de la remontada una importante reflexión.
Creo que las veces que me han llamado "cholista" como insulto por defender a Simeone son incontables. ¡Y qué sean 1000 más! Porque como dicen los argentinos, yo me las banco. Porque de lo que más orgulloso estoy es de opinar, sin borrar tuits, con libertad. Si critico, critico. Si defiendo, defiendo. Dando la cara. Y ayer al descanso dije algo que incluso hoy mantengo. El planteamiento de Simeone ante el Leverkusen, para mí, es indefendible y lo digo sin ser sospechoso de ir en contra del Cholo o porque tuviese ganas de que el Atlético cayese. Jugabas en casa, no es ni siquiera una eliminatoria y sales a ceder el control absoluto a un rival que vive de ello. "Milagros en Lourdes", comenté y no hay nada que más me alegre que aparte de en Lourdes también haya milagros en el Metropolitano, sin embargo, no se puede volver a repetir lo que pasó en la primera parte.
Para mí Simeone ayer lleva al extremo el hecho de buscar la solidez en bloque bajo para transicionar y hacer daño a la contra. Una táctica que, por cierto, he defendido y defenderé fuera de casa porque creo que el contexto es acertado. En París, Barcelona o San Mamés, lo compro. Pero en el Metropolitano y tan exagerado como anoche, no. No puedo defenderlo, lo siento. Tan exagerado no. Porque ante el Bayer el partido te lo salva el coraje y corazón que el Cholo ha vuelto a insertar en el ADN colchonero y un Julián Álvarez más cholista casi que Giuliano, aunque eso sea imposible. Eso te salva el partido y te da la gloria, pero el partido y lo digo a posteori con 2-1 y remontada épica, no estuvo bien planteado.
Lo peor de plantear así el partido ante el Leverkusen es que lo haces en fase de grupos, en casa y estando, como mínimo, metido salvo debacle en 1/16. No es ni una eliminatoria. Es la fase de grupos. No hay tanta presión y sales a jugar, en mi opinión, demasiado expectante. Además, no solo planteas mal el partido en su inicio sino que pasan 10 minutos y no cambias. Pasan 15 y no cambias. Le anulan un gol al Bayer y no cambias. Y ya cuando te expulsan a Barrios, toca rezar. Si el hecho de remontar hiciese que yo borrase mi tuit y hoy escribiese que el Cholo es un genio, en mi caso tendría un problema por ser un demagogo y en el Atlético se agarrarían a algo que a la larga puede traerte disgustos. Eso sí, igual que digo una cosa digo la otra. El Cholo falló en el plan inicial, todo lo contrario que en la segunda parte donde fue el primero en hacer los ajustes necesarios y los cambios quirúrgicos para que el equipo esperase, mordiese arriba y creyese hasta el final. Con frescura incluso, porque el Atlético llegó al tramo final como un avión. Al César lo que es del César.
Hay que sacar muchas conclusiones del Atlético-Bayer. Muchísimas buenas y también las malas. Eso es parte de la exigencia de un club grande como lo es el colchonero. Ahora bien, no puede dejar de decir lo siguiente porque es irónicamente maravilloso. Debe ser tan doloroso y tan desesperante que lleven 14 años queriendo echar a Simeone del Atlético y llamándome a mí y a miles "cholista" como insulto y que ahora ya no haya solo uno, haya dos Simeones. Casi tres, si contamos a Julián Álvarez como hijo adoptivo del cholismo. Disfruten de la remontada atléticos y ahora, sorpresa, partido a partido: Villarreal.